Encastillados

Publicado: abril 30, 2019 en Uncategorized

Por estos días de campaña política en este parte de Europa muchos de los candidatos han intentado crispar la vida política, en esta realidad virtual la consigna era de enlodar y lanzar insultos como Rambo en sus mejores momentos cuando lanzaba proyectiles y bombas al adversario, casi se llegaba al éxtasis – la cara del candidato conservador era de felicidad plena ante cada denuesto dirigido contra el adversario; tengo la hipótesis que los políticos tratan de crear un mundo paralelo a lo que vivimos donde retuercen sus ideas. El reciente suicidio del expresidente García Pérez en Perú es una muestra de ello, el finado vivía su propio mundo y por eso tomó la decisión de morir con su propia mano. Ese mundo que crean, y muchas veces funciona, es muy distinto a la realidad cotidiana de la gente de a pie que convive con otros problemas y prioridades. Con salarios precarios y desamparo laboral en toda regla; el derecho laboral que era uno de los primeros muros de contención al desaforado mercado ha sido dinamitado en estos tiempos de liberalización, cuanto más solo esté el trabajador mejor porque así se trituran los derechos laborales. Por ejemplo, en el caso de la precariedad laboral, sólo uno de los candidatos a la presidencia de gobierno la mencionó y el resto pasó de puntillas o lanzando propuestas cada vez más descabelladas. Uno cada día escucha y lee a candidatos faltones, es más, ellos mismos lanzan mensajes ajenos a la verdad, “el miente, miente que algo queda” axioma de un jerarca nazi se ha instalado en la palestra política y no importa rectificar. Era muy curioso ver a muchos de los candidatos en los últimos debates televisivos en este rincón de la península ibérica – aquí se puede ver el lastre del legado autoritario en la clase política y la ausencia de rodaje político- mostrar cuadros y comparaciones hechos por ellos mismos (¿esto también es corrupción?), y sin ningún pudor, con información manipulada ¿esto es pedagogía de la política?, ¿todo vale? Desgraciadamente, las discusiones en la arena política están muy lejos de la ciudadanía. Están encastillados en su propio mundo y nos gobiernan.

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