¡Vamos Fernando!

La sexualidad es una construcción social no sólo es una cualidad biológica como muchos suelen decir a boca jarro e ignorando el proceso social que hay de por medio. Así ha quedado demostrado con el caso de Fernando Ñaupari Buendía ante la RENIEC en Perú, y él un peruano por los cuatro costados. Según cuenta la crónica Fernando nació hombre. Tuvo una seria bronca con su padre al descubrir que era homosexual, huyó de casa y se cambió de sexo y de nombre. A partir de ese hecho biográfico se llamó Carmen Claudia. En Perú inició el cambio de nombre en su DNI y con el nombre cambiado hizo maletas y se fue a Francia, allí en el país galo se ennovió y contrajo nupcias con un ciudadano francés. Cierto día se cayó del caballo como San Pablo, vió la luz y dijo que quería ser hombre. Se divorció e inició en los tribunales franceses el cambio de nombre y sexo, y volvió a ser hombre. Por estos días ha saltado la noticia porqué la instancia administrativa perulera ha resuelto que no es competente para el caso de cambio de género, Fernando desea que en su DNI no conste que sea Carmen Claudia y que sea otra vez el renacido Fernando. Sí, parece un caso rocambolesco pero Fernando está luchando por su derecho a la identidad – derecho fundamental reconocido en el texto constitucional peruano, la identidad luego de sumas y restas de querer ser hombre ante las instancias administrativas. Ha sido una vía crucis para él pero hoy está seguro y vuelve a sus orígenes biológicos y sociales. La noticia no da cuenta si nuestro paisano ha sido operado otra vez, es decir, de mujer a hombre para cerrar el círculo virtuoso. Pero en todo caso ante la negativa de la RENIEC él ha iniciado un proceso judicial para que le devuelvan su identidad, la identidad que primero renegó y ahora vuelve a su primera identidad, él exclamó muy convencido: “Yo soy varón y quiero recuperar mi identidad”. Es una situación muy interesante la que ha planteado Fernando y hay que estar atentos, no hay identidades fijas y eternas.

Buhedera [7]

Llega el estío. Cada día el calor es intenso, ingresa por todas la rendijas. Gracias a dios que tengo un gazpacho a la mano, mi salvación. Cada sorbo me atempera. Cuando salgo a caminar me imagino su color, sabor, su densidad. Es la mejor basa contra el calor. Salud.

Periodistas y preguntas

Llega a Madrid un artista o actor famoso, los paparazzi y periodistas abarrotan la sala de prensa, clic, clic. Hay codazos, se escuchan algunos tacos [palabrotas], todos pugnan por una exclusiva del divo o diva, la anhelan. Y hala sueltan una de las primeras preguntas, ¿te gusta la paella? ¿Has probado el gazpacho [a mi padre le cae como plomo derretido en el ombligo pero yo disfruto de él, más ahora en el verano]? Es decir, el guión de las preguntas tontas de siempre. Pero es una complicidad. Y para granjearse las adulaciones el actor o músico en su concierto se pone la camiseta del club de la ciudad la sensiblería de la gente explosiona o como vestir a Cristóbal Colón con la camiseta de un club, ¡que vocación autoritaria y faltos de imaginación! Que horror, la masa es manipulable a su antojo. En Perú [y seguro que en muchos países] los periodistas con las mismas preguntas, ¿Te gusta el ceviche? , ¿El tiradito?, ¿El ají de gallina?, ¿La papa rellena?, ¿la papa a la huancaína? Y los y las patas deben soltar el rollo de lo agradable que es la comida peruana por más que no lo haya probado. Seguramente en el ámbito regional pasa lo mismo ¿te gusta el juane? Cuando uno de los entrevistados se sale del guión emerge ese nacionalismo encubierto y lanzan puyas para quien sostenga lo contrario; se enarbola al dignidad del país entre otras fruslerías – el mejor homenaje a la dignidad de un país es erradicar la pobreza o la corrupción política por ejemplo. La mujer del futbolista David Beckham cuando este jugaba en el Real Madrid dijo que España olía a ajo y bastaron unos segundos para que la prensa se fuera a la yugular de ex Spice Girls. Algo así, con sus matices a ocurrido con el cantante Miguel Bosé en Lima, a tocado la sensibilidad nacional con sus declaraciones sobre la comida peruana, tanta, que el cantante tuvo que ir al día siguiente a comer en un restaurante de comida perulera, quien se pica ajos mastica. Con periodistas carpetovetónicos regados por el mundo poco podemos hacer.

Buhedera [6]

Leía en un diario que alguien comentaba sobre los mercados, aquellos entes invisibles de gran poder, son unos cerdos salvajes insaciables. Aquí y allá se llenan la boca de los mercados pero solo los conocen por lo que influyen en la economía de un país. Bajo esa coletilla, de los mercados, se esconden seguramente: banqueros inescrupulosos, vendedores de armas, mafiosos de todo pelaje entre otros de esa ávida fauna silvestre.

“Todos los inmigrantes en situación irregular son potenciales delincuentes”

Los comentarios de los lectores o lectoras a las noticias que se publican en Internet, escondidos bajo el anonimato, sí que nos ponen los pelos de punta y con ganas de regurgitar. Es un silo nauseabundo de las emociones y reflexiones, por lo general. Se insulta a los o las comentaristas o sacan lo peor de sí, de esa humanidad que esconde una bestia [no entendí la mala leche de ciertos lectores contra el escritor Antonio Muñoz Molina por recibir el Premio Príncipe de Asturias]. El título de esta apostilla la recogí de uno de esos lectores que comentaban la noticia de un diario sobre la conducta de la fuerza del orden contra los inmigrantes, en Cataluña. La subdelegada de Gobierno en esa autonomía señalaba que la policía podía actuar guiándose de la apariencia de la persona a quien exigía documentos, y si no los tenía los detenía. Bueno, la ignorancia de esta autoridad de las disposiciones internas de la policía era muy elocuente porqué la directiva prescribía todo lo contrario. Bastó esta apostilla periodística para que emergiera ese sentimiento xenófobo tan a flor de piel que pervive en muchos habitantes de este país. Solo rasgar y sale un alud racista. Seguro que esta lectora que seguramente se enfunda la camiseta del club de la ciudad condal [que llevaba UNICEF como publicidad y uno de sus jugadores llamó mono a un jugador negro del equipo rival y se excusó diciendo que dijo mano, era para reírse de la pésima excusa que agravaba su conducta], porque era lectora quien hizo ese comentario, no dice lo mismo por la presencia en los campos de fútbol de Messi o Neymar que también tendrían la condición de inmigrantes solo que “con papeles” [salen de su país por trabajo, y ambos salieron de su país para patear a la pelota y ganar dinero]. Es una estupidez. Como si todos los peruanos y peruanas ante la presencia de españoles o españolas en el país pensáramos que son potenciales burrier [cada día detienen de tres a cinco españoles o españolas en el aeropuerto Jorge Chávez por tratar de pasar cocaína], y en consecuencia, delincuentes que viven al margen de la ley. Quienes sueltan esas estupideces han sido intoxicados de un provincianismo mental morrocotudo.

Buhedera [5]

No hay paz ni en los cementerios. Salvo en el cementerio de Ginebra. Con el cielo gris y con frío visitamos la tumba de Borges. Que descanso, allí también está Robert Musil. En este camposanto es un encuentro con uno mismo y con el escritor porteño de historias breves e ironía consumada.

Searching for sugar man

Es una joya de documental. Una pesquisa con claroscuros y luces. Pero con un final edificante. Desaloja de las umbrías a un poeta de la existencia. A un héroe urbano y anónimo que permaneció callado y meditando en la oscuridad como la del Uitoto Juan Aymena en Londres y en los folios polvorientos. Se trata del documental de Malik Bendjelloul sobre el músico y rapsoda de lo cotidiano Sixto Rodríguez. Te llega al alma y hay que contenerse y morder los dientes para no derramar un lágrima porqué nos sentimos identificados con su vida, con su filosófico silencio y pausa creativa. Sixto Rodríguez es un músico de orígenes mexicanos que produce poesía de lo cotidiano. Es un trabajador de construcción civil, una chamba muy dura que no menguó su capacidad para cantar, por fisgonear la existencia en Detroit, para dar cosquillas en la panza del oso hormiguero y sacudirlo de su marasmo, de su narcisismo. A ratos en la proyección del documental hacía un símil con la vida de Baruch Spinoza, este gran filósofo estoico, decía para mi mismo, pero si era él, un hombre honesto y sin resentimiento, a lo suyo y sin molestar a nadie. Un músico que pasó desapercibido en su país como es Estados Unidos, algunos inescrupulosos propietarios de la casa de discos si se lucraron pero él no y no guarda resentimiento hacia ellos, él siguió con su música al margen de la fanfarria mercantil. Hasta que se cruzó este joven documentalista y dejó de ser rehén de las circunstancias. Luego de una ardua búsqueda logra encontrarlo y se desata la euforia entre sus fieles seguidores. No era conocido en Estados Unidos pero sí, y mucho, en Sudáfrica. Casi una leyenda viva, dijeron que se murió disparándose en el escenario. La letra de sus canciones empataron con el movimiento contra el apartheid y los jóvenes de entonces entonaron esas canciones como himnos en señal de rebeldía. Fue como el efecto mariposa, el aleteó en Estados Unidos y la chispa se encendió en Sudáfrica. Sus canciones mantenían viva la esperanza de cambio. Que otro mundo era posible mientras él estaba sólo bajo los fríos y la nieve de Detroit. Una gran lección de vida por su constancia, por lo sencillo que es Sixto Rodríguez.

Su canción más emblemática pueden verlo en:

Buhedera [4]

El invierno está dando sus últimos coletazos y no se quiere despegar de la ciudad. Se va y vuelve. Mientras tanto en los diarios deseosos construyen a destajo héroes de la nada que pueden ser un esmirriado futbolista o un grupo de jóvenes rebeldes que están hastiados de los políticos [seguro más tarde editaran fotografías de estos indignados vistiendo ropa de marca como es el guión de estos diarios, una memez]. Sea Túnez, Estambul o Río de Janeiro quieren encontrar un héroe. Que infelices, no entienden estos tiempos líquidos que terminan ahogados de sus propias fantasías.

Raquetas, emociones y razones

Reconozco que cuando juego al tenis me voy del partido con facilidad es una debilidad que debo corregir. La concentración en el deporte no es mi fuerte, fácilmente se me va el alma al cielo, quizás por eso prefería la portería para monologar conmigo mismo. Lo bueno del tenis es que te hace instantáneamente una radiografía o escaneo de tus debilidades como persona. Eso te permite enmendar esos yerros. Yo siempre hago un símil con la escritura. En cada partido hay que darle todo y no hay partido sin importancia como en la escritura, hay que darle al cincel. En este sentido, una buena política a implementar sería promover este juego a nivel popular como en Estados Unidos y Europa, que no se vea como un deporte de cierta clase social que es una estupidez. Este deporte ayuda a forjarte, a reconocer al rival cuando es mejor que tu, a promover valores en la competencia sana. Por mi falta de concentración admiro a los tenistas de élite como es el caso de Nadal, Federer, Serena Williams, Djokovic, Borj, Sampras, Vilas entre otros que olvido. La cita primero a Nadal no es gratuita. Admiro esa fortaleza mental, raramente se va de los partidos. Rafa es constante. No se rinde fácil. Su fortaleza es la inteligencia emocional cuando todo lo dan por perdido emerge ese Rafa luchador, épico, que no se cansa, que se deja la piel en la tierra batida. Está metido en los partidos, no menosprecia a sus rivales, los trata con deportividad. Admiro sus tiros son envenenados en sus servicios, estos hacen giros extraños cuando resta, cuando se defiende atacando o que el tiro cae justo en la línea. Es un gran “restador” que ruge en el fondo de la pista. Pero su arrojo y corazón no se queda en el set o game que está jugando, trasciende. Es un muchacho que la gloria no se le ha subido a la cabeza [a Messi cuando no le cuidan se va de boca]. Sabe de sus límites, ha reconocido que el mejor tenista de la historia es Roger Federer por su palmarés, eso lo engrandece a él y al tenis.

Buhedera [3]

Con la mentira instalada en el centro de la vida política poco se puede hacer para enderezarla. Por eso cualquier esfuerzo por sanear esas cañerías hediondas es un esfuerzo cívico descomunal. Que no nos derroten.