Archivos para junio, 2022

El territorio amazónico produce ilusiones a propios y extraños. Su inmensidad provoca delirios, prejuicios, quimeras, desde los viajeros extremeños que pusieron el pie en el bosque hasta estos días con recetas sobre el progreso y el desarrollo. En este contexto, de las ilusiones, el Estado ha impulsado la creación de áreas naturales protegidas con buenas intenciones, pero que se quedan en papel mojado que perjudica a las poblaciones y a los recursos naturales del lugar por sus omisiones. En ese sentido, hemos querido conocer que hay detrás de la gestión de un área protegida como ha sido la del Alto Nanay- Pintuyacu- Chambira.  

El Área de Conservación Regional Alto Nanay – Pintuyacu – Chambira, tiene una superficie de novecientos cincuenta y cuatro mil seiscientos treinta y cinco hectáreas y cuatro mil ochocientos metros cuadrados (954 635,48 ha), está ubicada en el distrito de Mazan y Alto Nanay de la provincia de Maynas y en el distrito de El Tigre de la provincia de Loreto, en la región de Loreto, de acuerdo a su norma de creación.

Entre los considerandos de la creación de esta ACR resaltaban la conservación de parte de los bosques húmedos tropicales de la selva baja norperuana y de la “Ecorregión Bosques Húmedos del Napo”, una de las ecorregiones más ricas del mundo en especies por área y en endemismos.

Amén de esta declaración normativa de la ACR, hay integrantes de la «floristanía (la ciudadanía de la floresta o de la ciudadanía bosquesina)» que se juegan la piel por sus ideales ante los problemas que se viven en el día a día. Uno de ellos es Kenny Hualinga, biólogo de formación y una de las pocas voces que clama y reclama indignadamente desde el bosque medidas a favor de esta ACR, aquí una reseña de la entrevista.

¿Cuáles son los principales problemas de la ACR Alto Nanay- Pintuyacu- Chambira?

El principal problema es el abandono del Estado. Se tiene un millón de hectáreas de bosque, casi un millón hectáreas de flora, que ha estado olvidada por el Estado, simplemente, es una figura legal donde no se ve la presencia del Estado. No solo es el bosque, hay comunidades que están olvidadas por el Estado, y más aún, se suma el gran problema de hoy es la minería ilegal que viene desde el 2016 hasta la fecha. Han pasado cinco años y la minería ilegal sigue enquistado en el Alto Nanay. Recordar que la minería ilegal trae otros tipos de problema adicionales a ello como son los tema sociales: trata de personas, violaciones a menores de edad, drogadicción, venta de drogas… todo esto a causa de la minería ilegal.

¿En qué medida la institucionalidad estatal, en sus diferentes instancias, responde a los problemas identificados en la ACR Alto Nanay- Pintuyacu- Chambira?

La respuesta de las instituciones del Estado ha sido muy pasiva. O no son muy efectivas hasta el momento. Han pasado más de cinco años y aún la minería ilegal sigue en el Alto Nanay. Es un claro ejemplo que el trabajo del Estado no es eficiente o no es lo suficiente para eliminar o erradicar este problema de la minería ilegal que existe en la cuenca. La minería ilegal trae la venta de drogas, hay trata de personas, explotación de menores, violaciones a menores y otros problemas más. Existe tanta corrupción que las cosas siguen igual o peor. Es más, En un promedio de dos a tres días ingresan entre diez a 15 kilos de mercurio a la cuenca del Nanay, en motonaves fluviales o «pongueros» ¿Se pueden dar una idea de cuantos kilos de mercurio está ingresando a la zona?, ¿Quién está supervisando, quien está fiscalizando eso?, ¿Quién hace esta vigilancia que esto no puede ingresar a un área natural protegida? Ingresan productos prohibidos hasta en los botes peque- peque que van a las comunidades como equipos, incluso, mercurio de tres a cinco kilos en cada bote peque- peque. Esto es lo que está ocurriendo. Desgraciadamente, las cosas están así.

¿De acuerdo a tu experiencia cuáles serían las medidas más urgentes y prioritarias a adoptar en esta ACR?

Lo primero es que las autoridades competentes se pongan a hacer su trabajo. Cumplir con sus funciones. Desde las instancias regionales que deben coordinar con las otras instancias. No es posible que a la cuenca del Nanay ingrese el mercurio con total facilidad, esto no es posible si están haciendo su trabajo.

Otra medida es que las comunidades  deben ingresar proyectos productivos de corto, mediano y largo plazo, donde las comunidades vean un futuro. El Nanay tiene muchos potenciales: en el tema forestal, en los recursos de flora. Tiene potencial para trabajar mecanismos de reproducción de servicios ecosistémicos, agua, paisaje entre otros recursos. Las comunidades necesitan actividades y desarrollo. Necesitan servicios básicos como educación, salud. Necesitan empleo y las comunidades están siendo olvidadas. No están siendo atendidas.

El Estado tiene que invertir, inyectar fondos y no lo está haciendo. En el mes de mayo salió el segundo estado de emergencia en la cuenca, sin embargo,  los responsables de este estado de emergencia de las diferentes instancias se lavan las manos y el tema del Nanay sigue igual. Va un mes del estado de emergencia, pero no se ven los resultados. No se ve ninguna acción contra la minería ilegal ni a favor de las comunidades.

Otro tema que no debe olvidarse es la participación de la población. La población y las comunidades son claves para ayudar a erradicar esta actividad de la minería ilegal en la zona. Estamos viendo demasiada corrupción, fraude, al momento que se hacen las intervenciones. Las autoridades están interviniendo, pero no están dando a conocer. Los decomisos de oro, mercurio, dinero y no sabemos a donde están yendo estos. Ante esto necesitamos que haya vigilancia ciudadana, que las comunidades acompañen estos procesos para que estas cosas no estén pasando.

Hace unos días acabamos de ver una intervención en el Puesto de Yarana, hay testigos que señalan que han visto sacar una mochila con mercurio. Sin embargo, en el parte fiscal no figura la presencia de la mochila de mercurio. Comentan que hubo cien metros de manguera de cuatro pulgadas, no figura ni un metro de manguera en las fotos que nos han facilitado ¿Dónde están estos bienes? Por eso necesitamos urgente vigilancia ciudadana, vigilancia de las comunidades. Que estén ahí y que se articulen con las autoridades y que también las autoridades comunales estén presentes en estas acciones.

Por las denuncias ¿has recibido amenazas de muerte?

Durante el año 2018, 2019 hacia ingresos a la zona que está fuertemente golpeada por la minería ilegal como Pucaurco, Diamante  Azul, San Juan de Ungurahual, Salvador Pava, todavía ingresaba a la zona. En uno de mis últimos ingresos recibí amenazas de muerte por los «dragueros». Me amenazaron con un arma blanca, diciéndome que le dejara trabajar o que van a tomar otras acciones. O que me baje de la comunidad y que ellos trabajen porque no tengo nada que hacer allí. Si he recibido amenazas de muerte. Los defensores del ambiente sufrimos estas amenazas. No es un trabajo que te asegura la vida, pero es un trabajo que te da paz y tranquilidad. Luchar por los derechos humanos, por la vida, por un ambiente sano te da esa valentía y esas ganas de seguir continuando, pese a que nuestra vida, la vida de nuestras familias están en riesgo y amenazas. He recibido amenazas a través de terceros, por mi trabajo de conservación. «Ahí viene el chismoso, el que da datos de la comunidad y no lo queremos ver por aquí, le vamos a plomear», eso es lo que les dicen. También amenazas con fines de corrupción, me ofrecían dinero para callarme y no decir nada. Para dar información sobre los operativos. Querían silenciarme con dinero, pero no han podido lograr. Como podían hacer callar querían pagar a un sicario para matarme, quinientos soles era el precio por mi cabeza. Pero el trabajo continúa y vamos a seguir luchando.

Populismo libresco

Publicado: junio 29, 2022 en Uncategorized

El populismo lector no es de estos tiempos de las redes sociales, se remonta hasta las calendas griegas. Lo que pasa es que los de hoy son tiempos más acelerados, líquidos y vacuos. Lo que se publica hoy, se lee al momento, mañana ya no interesa, además, es eminentemente emocional, se puede notar con los comentarios de la gente en las redes sociales, casi siempre parecen responder con el hígado u otro órgano. Es muy frecuente leer, hasta en los diarios, supuestamente, serios en el mundo la lista de los libros que no te debes perder de leer ¿Habrá una lista así? Cada uno puede confeccionar su nueva lista y seguro que sigue siendo arbitraria, depende de los gustos y preferencias. Recuerdo que en los magros años universitarios, con el terrorismo encima y la aplicación de las políticas de shock sobre nuestros bolsillos, había un ilusorio debate de ¿Quién era mejor escritor Vargas Llosa o García Márquez?, En ese Perú, de modorra provinciana, la discusión era ¿Vargas Llosa o Ribeyro? Eran falsos debates porque, en verdad, sería un mundo realmente soso pensar en la posibilidad que uno de ellos sea el mejor. Este aparente debate es empujado por el sistema educativo y económico que divide al mundo entre «los triunfadores y los fracasados», quien debe ser el mejor y nada más ¿Puede decirse eso en literatura? Ese interesado y dirigido debate oculta o sepulta a muchos otros escritores o escritoras ¿Dónde pusiéramos a Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Manuel Puig, Julio Ramón Ribeyro (para citar a los latinoamericanos) entre otros? Hoy se sabe que los daños colaterales del boom latinoamericano fue hacer no ostensible a mujeres de gran valía, estas eran periféricas y que muchas recién son conocidas. Pero ese defectuoso debate puntual, en estos tiempos, con las redes sociales tiene mayor repercusión. Esta suerte de populismo libresco (que alienta la inopia) también ha llegado, espero que sea por poco tiempo, a la floresta. Leía que una persona que concurría a una charla opinaba sobre sus preferencias literarias sobre la poesía amazónica de los años ochenta, en especial del grupo Urcututu y citaba a un autor de su preferencia. Era una opinión que no hubiera trascendido si no se hubiera sido publicado en las redes sociales ¿La preferencia lectora y puntual, de un ciudadano de paso, es noticia cultural y libresca? Teniendo una valiosa poesía amazónica del Grupo Urcututu, ¿Podemos constreñirnos a un solo autor o autora? Sería realmente cerril. Más bien, alentemos a leer a la buena e importante poesía de los autores y autora de este grupo, y no solo a uno. Cierta vez a Borges le preguntaron sobre quién es el mejor poeta de Francia, le preguntaban sobre uno ellos y él decía, sí, es él, pero seguidamente le citaban a otro, que también decía sí él también. Finalmente, Borges replicó con sorna y sindéresis ¿Por qué debe ser solo uno? No promovamos dirigismos y elecciones estériles, perdemos todas y todos.

Borgen y el Nanay

Publicado: junio 22, 2022 en Uncategorized

Cerca del vasto Nanay y próximo a alguna ruta

a veces brotas en un espacio amenazado

por puentes de concreto

Ana Varela

Hay una serie de televisión danesa que tiene varias temporadas, por estar a pie de la realidad política sería recomendable que lo pudiera ver la ciudadanía entera, los políticos y las políticas, y quienes aspiran a serlo. Lleva por título «Borgen», que está inspirada en una política danesa. A lo largo de las temporadas la protagonista está envuelta en situaciones de la política y en cuestiones familiares que se entrecruzan. A cada momento debe valorar para tomar decisiones, debe sopesar los intereses propios y ajenos. En la última temporada va que en la zona de Groenlandia encuentran petróleo. Es un área geopolítica apetecible por las grandes potencias (o tiburones, prestando una palabra de una salsa de Rubén Blades): Estados Unidos, China y Rusia, y en el medio, los independentistas groenlandeses y Dinamarca, que tiene una relación de odio, amor y de prejuicios con esta población y los territorios del Ártico. Lo interesante es que esta temporada la trama versa sobre la política en diferentes ámbitos y la extracción de los recursos naturales en el centro de las negociaciones. La protagonista luego de estar a favor de la explotación del petróleo, en una visita a Groenlandia, se da cuenta de los yerros y da un giro a favor de la protección de los recursos naturales, por ser esta una apuesta a largo plazo. En casa estábamos enganchados a la serie, la disfrutábamos en cada capítulo. Mientras veía la serie pensaba en la cuenca del río Nanay, región Loreto, Perú, que tantos problemas acarrea por la explotación ilegal de la minería y en la explotación ilegal del bosque principalmente, amén de los problemas sociales que conlleva como la prostitución y la criminalidad alrededor de estas actividades extractivas. Sabemos que la población de este lado de la Amazonía, es poco o nada amiga a las cuestiones a favor de la naturaleza, se puede palpar con la dejadez y la actitud de mirar a otro lado, de parte de las autoridades regionales sobre el río Nanay. Se suma la modorra de la sociedad civil en estos temas, con honrosas excepciones, como los integrantes del Comité del Agua, que oportunamente denuncian y hacen saltar las alarmas sobre el peligro de estos recursos y la omisión de los deberes de función de parte de las autoridades. Para los intereses de la ciudad insular, el río Nanay es vital porque proporciona agua a la ciudad de Iquitos y las actividades de la minería utilizan el mercurio que es altamente dañino para este recurso, inclúyase los efectos colaterales sobre los peces y a la población, pero esta información es desdeñada por los decisores políticos regionales, que en el caso de Loreto dejan mucho que desear por su desastrosa gestión en diferentes ámbitos. Si contrapesaran los intereses para una afortunada decisión sobre la cuenca del río Nanay, quedaría claro que una apuesta segura sería a favor de la naturaleza y la población del lugar por sus posibles daños en el corto, mediano y largo plazo, sino miremos lo que ocurrió en Madre de Dios. Por favor, vean Borgen y protejamos ya al Nanay, como dice los versos de Ana Varela, es un espacio amenazado.

James Joyce y la floresta

Publicado: junio 16, 2022 en Uncategorized

Este año se cumple cien años de la publicación de una obra que no envejece y que su influencia en la novela contemporánea ha sido y es vital porque la renovó en la forma y contenido. Nos estamos refiriendo al «Ulises» de James Joyce, después de esta, la novela no volvió a ser la misma. Muchos acuden a Cervantes en la relectura y otros se citan con Joyce, hay que volver a ellos por sus enseñanzas en este oficio. Según algunos apostilladores, Joyce recibió el testigo de Cervantes en la renovación de la novela. Se refieren a la manera y modos de contar una historia. En mi mesa de noche tengo la compañía de los dos a los que siempre acudo para sus consejos. En Perú, si mal no recuerdo, Carlos Eduardo Zavaleta, escritor caracino, fue uno de los primeros en darnos a conocer a Joyce en la literatura peruana. En la Amazonía, que es una comarca literaria diferente a Perú, no tengo información quien la introduce. Sería bueno saber quién nos acercó a este brillante escritor irlandés.

Recuerdo que hace unos años, en un viaje a Dublín hicimos un «Bloomsday tropical» con F. El Bloomsday es el 16 de junio, fecha importante en la vida del strittore, los devotos lectores de Joyce hacen un paseo literario vistiendo atuendos de época y leyendo párrafos del «Ulises» por sitios emblemáticos de Dublín. Joyce se demoró diecisiete años en terminarla que desde ya es una lección literaria antes los apuros de muchos, por estos tiempos, de publicar aunque sean carillas de gran levedad. Como amazónico, añadí a ese paseo por el Dublín de Joyce, visitar la tumba de Roger Casement en el cementerio de Glasnevin. Como sabemos, gracias a este comisionado se puso luz al mundo de la sangría y muertes de integrantes de pueblos indígenas en el Putumayo. Así que hicimos un paseo literario a nuestra medida con olor de trópico húmedo y un ejemplar del «Ulises» en inglés que compramos en el The James Joyce Centre.

En mis años verdes de la universidad, me compré el «Ulises» en una edición traducida por José María Valverde, avancé gran parte de la novela, pero no pude concluirla, he tenido varios intentos o asaltos fallidos al texto. No es una novela fácil, cuesta sudor, Joyce era consciente de eso, a los lectores nos lo pone difícil, hay que perseverar. Pero quedé turbado de las técnicas literarias, de su destreza en el uso del monólogo interior y del manejo del lenguaje. El escritor Enrique Vila- Matas tiene una novela «Dublinesca» sobre el Bloomsday, recordemos que él y un grupo de escritores son fervientes seguidores de Joyce.

Años después volví a leerla con más decisión hasta terminarla, en la edición de José Salas Subirat, del Círculo de Lectores, que tiene en la cubierta un dibujo de Joyce y es de color azul, como fue la cubierta de la primera edición en inglés – los párrafos citados en esta crónica son de la edición de Salas Subirat, la compré en la Cuesta de Moyano en Madrid. Me había leído de por medio biografía como «El libro más peligroso. James Joyce y la batalla por Ulises», de Kevin Birmingham, ensayos y artículos sueltos. Hay un texto de reciente publicación de Eduardo Lago, «Todos somos Leopold Bloom. Razones para (no) leer el Ulises», que es una sugerente cartografía de este peregrinaje joyceano, Lago reconoce que en el «Ulises»: «Hay que afrontar el reto de la lectura como si se tratara de una peregrinación. Lo que cuenta es llegar hasta el final».

Reconozco que en este viaje contaba con más equipaje para sumergirme en Joyce, me puse un propósito, como los japoneses que no pintan el ojo que falta de la daruma hasta cumplir con el objetivo. Partía de la idea que Joyce es un escritor que pintarrajeaba los márgenes, así podemos entender que él alude a la floresta transcontinental. Mientras leía la novela me topé con un párrafo que sonó como un campanazo dentro de mí, no daba crédito, Joyce alude al caucho ¿Qué? Sí al caucho, señala:

Bueno- dice JJ-, si en algo son peores a los belgas en el Estado Libre del Congo deben de tener su historia ¿leyeron ese informe por uno que… cómo se llama?

-Casement- dice el ciudadano-. Es un irlandés.

-Sí, ése es el hombre- dice J. J.- Violando mujeres y niñas y azotando a los nativos en el vientre para sacarles todo el caucho rojo que pueden.

Recordemos que Casement hizo dos informes relevantes uno para el caso del Congo, y por ese informe se le comisiona venir a la Amazonía donde pergeña el famoso «Libro azul» de las muertes de indígenas del Putumayo. Lo que nos lleva a preguntar ¿Conocía Joyce cuando escribía el «Ulises» el informe del Putumayo? Un pie de página, en la novela «Los anillos de Saturno» de  W. G. Sebald, también se menciona a Casement, el escritor alemán da una razón de la sensibilidad de Casement, de ponerse en el pellejo del otro, al momento de elaborar los informes del Congo y del Putumayo.

Iba de sorpresa en sorpresa en este viaje por el «Ulises». Folios más adelante, a través de la voz de un marinero cojo, que fanfarroneaba que conocía mundo cita a los indios antropófagos de la floresta, señala:

-¡Craan! Así. Y he visto antropófagos del Perú que comen los cadáveres y el hígado de los caballos. Miren. Aquí están. Me la mandó un amigo.

Sacó a tientas una postal de su bolsillo interno, que parecía una especie de depósito y la empujó sobre la mesa. Tenía impreso lo siguiente: Choza de indios. Beni. Bolivia.

Todos concentraron su atención sobre la escena reproducida: un grupo de mujeres salvajes con taparrabos rayado, en cuclillas, parpadeando, amamantando, arrugando el entrecejo, durmiendo entre un enjambre de chiquillos (debe de haber habido una buena veintena de ellos) delante de algunas primitivas chozas de sauce.

Sentí un calambre dentro de mí por estos hallazgos. Mi conclusión es que Joyce, por ser un escritor de márgenes, alude a situaciones más allá del centro como lo que ocurrió con el caucho en el Congo o de los indios antropófagos, que primero dice Perú y resulta ser Bolivia, que es parte de la floresta continental. Ambas citas dan pie a desmigar lo que escribió Joyce sobre el caucho y los indios antropófagos (el lienzo de Christian Bendayán con el título de «Indios antropófagos», seguro que le hubiera dado otra idea).

Finalmente, por esos mismos tiempos de la publicación del «Ulises», se publica la novela de Virginia Woolf, «Los años», que transcurren en plena gresca del informe Casement, pero ella no lo alude para nada a él, a pesar que en la novela aborda la peliaguda situación política de esa época. Woolf explora los márgenes más íntimos relacionados a la situación de la mujer. Me parece que estas dos citas son los pasaportes de Joyce de ingresar al mundo literario del palustre y, curiosamente, ningún escritor de Perú y alrededores lo ha mencionado.

P.D. Para terminar, en este «Bloomsday tropical», es necesario citar que en este mismo día de junio, el fallecimiento de la actriz amazónica Ofelia Montesco, en Ciudad de México en 1983, hace ya treinta y nueve años.

¿Se podía entender la Feria del Libro de Madrid sin Almudena Grandes mientras vivía? Imposible, es la autora que amaba a Madrid y retrataba sentimentalmente a su ciudad. Ella comentaba que desde pequeña iba a la feria y ya consagrada, literariamente, estaba en las casetas para las firmas o en las conferencias. Hay autoras y autores que están indesligablemente asociados a una ciudad, como Pessoa a Lisboa, Kafka a Praga o Joyce a Dublín, a pesar del rifirrafe con su ciudad natal. Digo esto para entender lo que ha pasado en la Feria del Libro de Isla Grande, a pesar que algunos todavía siguen de fastos y con el guayabo en el cuerpo. El  evento partía cojitranco, me explico, al comité organizador le había picado la amnesia en sus entendederas, el olvido fue el marchamo de la festividad. Pensé en un momento que era un olvido fortuito, pero no, este olvido estaba razonado y sazonado con gramos de sectarismo y de un despótico dirigismo. En primer lugar, en una región que poco se lee cuesta entender un evento de esta naturaleza, pareciera,  una desesperada intención de tapar las debilidades en la implementación de una política regional alrededor del libro – que en el caso amazónico también debe incluir el enorme potencial de la oralidad por las poblaciones ribereñas y de integrantes de pueblos indígenas ¿Existe una política pública como tal o son acciones aisladas de manga por hombro como esta feria? Al mencionar al libro nos lleva directamente a hablar de las bibliotecas, el primer ecosistema donde se reúnen los lectores y lectoras y los libros ¿Existe un plan estratégico sobre las bibliotecas en la región?, ¿Hay una relación de las bibliotecas regionales y las bibliotecas municipales para el préstamo de libros?, ¿Hay una biblioteca fluvial como existen en otras zonas del palustre continental? En un contexto como el amazónico ¿Cómo se diseña una biblioteca en el sector rural (con todos sus matices) periurbano y urbano?, ¿Hablaron sobre eso? ¿Por qué no se visitó la biblioteca de Padre Cocha o Tamshiyacu, por ejemplo? Hubiera sido interesante una idea más descentrada del evento. Se ha mencionado poco sobre estos aspectos, pero sí de la fiesta del libro como sinónimo pachanga. La idea del comité de marras era que el libro como fetiche fuera el protagonista. Bueno, admitamos resignadamente que el libro fuera «el objeto deseado» o el centro de la feria. Semanas antes, dos poetas amazónicos, laureados con premios nacionales, ancestralmente amazónicos y con reconocimiento internacional, habían publicado dos poemarios de alta calidad literaria, y ni siquiera se les tuvo en cuenta en la programación, ni a la editorial que les publicó (a esta le dieron largas para, finalmente, decirle que no participaría). A esta actitud o actitudes las llamo amnesia sectaria y totalitaria, como hacía Stalin con la famosa foto, donde cada día desaparecía un personaje de la imagen por no comulgar con él, aquí, en Isla Grande, obliteraron a los que no eran sus amigos. Se libró una furtiva batalla cultural a favor de ese olvido interesado –tampoco se acordaron del historiador José Barletti ni del antropólogo Jorge Gasché. Es más, para el colmo de males, nadie protestó de las exclusiones, ni propios ni extraños. Bajaron la cabeza sumisamente y se anotaron, presurosamente, a las presentaciones de los libros sumándose a las tertulias sin ningún pudor ¿Hemos perdido el norte? Nadie disintió de esa decisión amnésica, la acataron sin reproche ¿Nos ganó la vanidad?, ¿Se quiso llenar ese vacío con un batiburrillo de febles presentaciones o con dudosos «amazonólogos»? Los que criticaban despiadadamente la feria, a último momento, se auparon a ella para lisonjearla, y como no, para sacar partido frotándose las manos. La Feria de Madrid no se podía entender sin Almudena Grandes, la Feria de Isla Grande no se puede entender con estas clamorosas ausencias. No improvisemos, una vez más ese parece ser nuestro norte.

P.D. Para más inri, hubo un homenaje a César Vallejo y las escritoras y escritores amazónicos brillaron por su ausencia o estuvieron en un segundo plano. Además, este 2022 se cumplían cien años de la edición del «Ulises» de James Joyce, que en la citada novela alude a la floresta; de nuevo ganó el silencio mostrando las costuras de nuestro provincianismo literario. Y tampoco, como ya es habitual, nadie protestó.

Turín (2)

Publicado: junio 1, 2022 en Uncategorized

Turín es una ciudad de rincones, además de muchos museos. La cantidad de museos me parece equivalente a la cantidad de iglesias que existen en el centro histórico —en Perú nos jactamos que la ciudad de Ayacucho tiene muchas iglesias, pero Turín creo que la duplica ¿Qué hay detrás de esta cantidad de museos?, ¿Es atrapar un momento de la historia? ¿Hay un afán de registrar todo por esa tradición de la Ilustración? Recordemos que en esta ciudad discreta, a pesar de ser uno de los mayores centros del desarrollo industrial de Italia, guarda el sudario de Cristo, sí, es uno de los testimonios más vivos de la presencia de Jesucristo para los fieles católicos, pensaba mientras visitaba la iglesia donde está el sudario que este peregrinaje le encantaría a la mia mamma, ella tiene un santoral privado muy variado. No soy de visitar todas las chiese, suelo ir a algunas en los viajes. Creo que hay vida también más allá de las iglesias. Un amigo a quien fui a visitar en esta ciudad italiana me comentó en la cena, en un restaurante tradicional piedemontes, que existía el museo de Lombroso ¿Qué? Le dije. Este personaje es central en el curso de criminología, es uno de los primeros que estudia a los delincuentes desde el punto de vista positivista. Me vino a la memoria las clases de Derecho Penal y las de Criminología en mí almagrada universidad. Así que un sábado F, Armando y yo, nos enfilamos al «Museo di Antropologia criminale “Cesare Lombroso” dell´Universita di Torino». Esto todo un universo por explorar. Hay vitrales con cráneos que servían de base para las disquisiciones de Lombroso, lo anotaba todo, quizás, especulo, que ese afán de registrar es el legado positivista a la ciudad que cuanto puede lo transforma en museo. Hay mapas que indican la cantidad de suicidios, rostros en molde de personas con un membrete que citaba los delitos cometidos de estas personas. Vi una que decía corrupto ¿los corruptos tienen rostro definido? Lombroso en Perú o España le hubiera faltado tiempo retratando estos rostros. Inclusive se puede ver los utensilios que usaban estos delincuentes, todo en detalle y con apostillas. En la novela de «La guerra del fin del mundo» de Mario Vargas Llosa hay un discípulo de él en pleno sertón. En el museo conservan el posible despacho que él tenía donde se puede recrear la vida de este empecinado científico. Es un personaje curioso Cesare Lombroso, que me ha removido años universitarios y presentes.

P.D. Armando me comentó que entre los cráneos había uno que procedía de Perú, de la etnia Aimara, que para Lombroso, según sus estudios, era un delincuente nato.  Pero por más chusmear no pudimos encontrarla.