Archivos para febrero, 2019

https://desouza.lamula.pe/2019/02/25/por-que-quieren-invadir-venezuela/patriciadesouza.lamula/

Sudores del jazz

Publicado: febrero 26, 2019 en Uncategorized

Leía que no es fortuito que el origen o uno de los orígenes del jazz sean en Nueva Orleans, antigua colonia española y francesa que no ponía resistencia las mezclas y más sí estas eran interraciales. No como los angloamericanos que tenían normas de prohibición para parejas o matrimonios mixtos. Normas que estaban vigentes hasta hace unos años. Ese amasijo de intereses y sudores se puede palpar en los instrumentos que se usan y que van incorporando en el jazz como el cajón peruano propio de las poblaciones afroperuanas. Así también de los protagonistas que eran los antiguos esclavos negros y cantaban en rebeldía para mitigar las penas y pesares en antiguos corralones. La esencia del jazz por excelencia es mixtura, es híbrido, es mestizo. Pueden dar testimonio diferentes autores como el mismísimo Miles Davis o John Coltrane y sus creaciones musicales que han ido digiriendo esos sonidos de otras veredas de la tierra. En un concierto de jazz puedes escuchar como los sonidos de diferentes lugares se acoplan y armonizan con las trompetas, eso es esta música que encandila a públicos de diferentes partes del mundo. El otro día visionaba en Youtube la correspondencia de instrumentos para entonar jazz con músicos de la India, era una comunión muy sugerente y no chirriaba en los oídos. Se complementaban. Hay esta saga de fusión o de fundir relatos de los desamparados que está desperdigados por el planeta azul. Así buscando ese jazz que trata de abrirse al mundo encontré una en que Wynton Marsalis se fusiona con Ruben Blades tocando salsa y jazz al mismo tiempo. Me quedé de piedra y era justamente una canción en la que Blades habla de un mundo común, la canción era “Patria”. El cantante panameño cantaba con sus acordes y poco a poco la trompeta de Marsalis iba teniendo protagonismo discreto, sin opacar la salsa. Los sonidos de la trompeta era el aliño perfecto para esa patria de endebles fronteras. Era una albufera de sonidos y sabores. Jazz urbe et orbis.

https://corrierediragusa.it/altre-categorie/cultura/2019/02/19/il-dottor-pasquano-ricordato-con-il-rito-del-cannolo-da-montalbano-tra-nostalgia-tristezza-e-folklore

Walter Lingán, escritor y responsable de la tertulia literaria «La ambulante»

En su estancia de varias décadas el escritor peruano Walter Lingán (San Miguel de Pallaques, en Cajamarca, al norte del Perú) ha construido un espacio para la reflexión cultural como es la tertulia literaria “La ambulante” en Colonia, a orillas del río Rin, en Alemania. La ciudad de dos mil años es famosa por su catedral gótica y su vigoroso quehacer cultural.

Walter Lingán ha publicado los libros El amor también es subversivo (poesía, Lima, 1986), Por un puñadito de sal (novela, Lima, 1993), El lado oscuro de Magdalena (novela, Trujillo, Perú, 1996), Los tocadores de la pocaelipsis (cuentos, León, España, 1999), La danza de la viuda negra (Lima, 2001 y 2008), Oigo bajo tu pie el humo de la locomotora / Ich höre unter deinem Fuß den Rauch der Lokomotive (Bonn, 2005), Koko Shijam, El libro andante del Marañón (Arequipa, 2013). Lo conocí por la novela Un cuy entre alemanes (España, 2015), texto de fino humor y aliñado de gozosas aventuras amorosas. Él es un gran activista cultural y entusiasta tertuliano. Aquí la entrevista:

1. ¿Cómo nace la tertulia “La ambulante” a orillas del Rin? Presumo que no es un quehacer nada fácil.

La tertulia literaria La Ambulante surge como una necesidad para tratar asuntos relacionados con la literatura en lengua española tanto para profesionales o aficionados, para estudiantes y para todos los interesados en las letras. En una ciudad con bastante movimiento cultural, con una cultura cosmopolita, y debido a la ausencia de un Instituto Cervantes, fueron algunos motivos para que Ricardo Bada (España), Karl Müller (Alemania) y Jorge Pomar (Cuba, fallecido el 2015), tres amigos de la cultura hispanolatinoamericana, ex trabajadores de la Deutsche Welle (Radio Alemana que se trasmite en español para Latinoamérica y España), nos convocaran a una reunión y lanzaran la propuesta de reunirnos cada cuarto viernes del mes, en el restaurante Die Alte Liebe (un viejo barco anclado en el Rin, en la zona sur de la ciudad) para que algún autor o autora nos lea sus trabajos, publicados o por publicar, y charlar sobre su obra, sus intenciones, sus aspiraciones. Si bien el barco-restaurante nos ofrecía una de sus salas, no nos aseguraba continuidad. Y eso pasó a los cuatro o cinco meses. Nos quedamos sin local, pero gracias a la generosidad de algunos pintores nos trasladamos a sus talleres, también algunos locales institucionales, casas privadas, de ahí el apodo de “La Ambulante”. Actualmente nos hemos establecido como un referente literario en Colonia y contamos con un local habitual que nos proporciona la Allerweltshaus (Casa de todo el mundo), sin embargo realizamos presentaciones de libros en colaboración con otras instituciones como la facultad de romanística de la Universidad, con el Centro Cultural Machado y el Rautenstrauch-Joest-Museum.

2. ¿En la tertulia cuál es el idioma que más se habla?, ¿percibes que ha sido y es un puente transatlántico cultural?

El idioma de la tertulia es el español, somos una especie de isla, un oasis donde se lee, se conversa y se intercambia opiniones y experiencias ejerciendo nuestra lengua materna. Fundamentalmente queríamos presentar a los autores que viven y escriben en Alemania. Con el paso del tiempo nos dimos cuenta que había mucho interés por la literatura latinoamericana, por la española, así como aprender el español por parte de los alemanes. Actualmente tenemos un público que está atento a nuestras actividades, y también se ha despertado el interés de muchos escritores que solicitan visitarnos para presentar sus libros. Lo interesante es que nosotros no movemos ni un euro, todo lo hacemos sin pagar ni cobrar nada, no recibimos apoyo de ninguna institución cultural o educativa, salvo de la universidad cuando se concreta una actividad en conjunto. Los autores lo saben y por eso también estamos muy agradecidos por su inmensa comprensión y colaboración.

3. ¿A los quince años de su andadura cuál es el balance y sus proyecciones?

En este trajín de ya quince años nos hemos ganado, a base de insistencia y de resistencia, un lugar dentro del terreno cultural de Colonia en lo que respecta a la literatura en español. Hemos establecido lazos seguros de cooperación con la universidad, con el Centro Cultural Machado, la Volkshochschule (VHS-Universidad Popular) y el museo, y estamos planeando realizar un encuentro de escritores peruanos en Colonia, ojalá se consiga; queremos también invitar a algunos escritores latinoamericanos que residen en España. Lo mismo que coordinar con librerías hispanas de München y Berlín algunos eventos literarios. Una de esas actividades es “El coloquio de los animales” en la Librería La Escalera de Berlín con la participación de Juan Carlos de Sancho (Islas Canarias), Abdul Hadi Sadoun (Irak/Madrid). La otra cosa urgente es institucionalizar nuestra tertulia, es decir, convertirlo en una asociación inscrita en los registros civiles y con ello poder solicitar apoyo financiero para algunas de nuestras actividades.

Paseo

Publicado: febrero 21, 2019 en Uncategorized

Suelo dar largos paseos en las mañanas luego de mordisquear las lecturas pendientes y acumuladas. Me despeja y ayuda a enderezar las ideas cuando camino. En esos recorridos me pierdo por el barrio de Lavapiés donde fácilmente te puedes perder en sus calles. Es una babel de lenguas y culturas. Hay carteles que anuncian fiestas brasileñas o africanas o de cantantes de diferentes países del mundo que están de gira. Me encantan los grafitis con los que amanecen en las paredes. Así me enteré de un grupo musical de cumbia amazónica que estuvo en una de las salas muy cerca del trastero que hemos alquilado – los libros en el Olmo han acaparado mucho espacio. F solo me mira y cuando puede me cae un reproche y razón no le falta. Pero creo que está resignada con la entrada de libros. Son los patas con los que más hablo durante el día. En esos largos paseos escucho porque la gente habla muy alto o gritan por el móvil que los que estamos cerca de ellos tenemos que enterarnos a la fuerza lo que dice – a veces, tengo la impresión, puede equivocarme, que ellos o ellas hablan solos y que el móvil es un buen artilugio para decir que está hablando con alguien. Cuando caminaba escuchaba gritos, pensé que se dirigían a mí pero no, era una discusión a cara de perro por el celular. Por lo general hablan o se quejan de la situación laboral, casi en un noventa por ciento – es la enfermedad contemporánea, la del trabajo pésimamente remunerado y de las horas extras que no se pagan, de la precariedad laboral en su vasta extensión, del jefe prepotente que está detrás de ellos y no les deja respirar o del compañero o compañera que se escaquea del laburo, del curro que está pensando cambiar, de estar pendiente de una llamada de su hijo o hija que vive fuera al otro lado del charco y que le reclama el envío mensual. Este paisanaje ha cambiado mucho, muchísimo, en estos años. La aparición del móvil lo ha cambiado todo. Las calles eran más silenciosas, salvo el sempiterno ruido urbanita.

https://www.eldiario.es/aragon/sociedad/forma-frecuente-feminismo-incorporarlo-cotidiana_0_834316755.html

Atascados

Publicado: febrero 19, 2019 en Uncategorized

Desde hace un tiempo el poder político expresado en la mayoría parlamentaria en Perú tiene secuestrado al poder judicial, poder que casi siempre ha estado inclinado al servicio de la clase política desde su creación. Ese viejo fantasma del rapto no ha podido ser exorcizado en las Cortes Superiores de la floresta. Leía que en Ucayali, la situación desde hace tiempo han hecho saltar todas las alarmas. Pero por estos magros tiempos la presencia política en el Poder judicial es perniciosa, el mal ejemplo palpable y preocupante son los lazos de jueces y grupos políticos que mostraba el magistrado Hinostroza Pariachi, detenido en una cárcel española. En ejercicio de contrapunto tenemos que la administración de justicia en España está en manos de los partidos hegemónicos y a la ciudadanía poco le incomoda ¿será el peso del legado autoritario?, curiosamente, los partidos nuevos a pesar de su discurso de renovación democrática en lugar de buscar mecanismos más idóneos para la elección de los jueces, sean estos del Tribunal Supremo o magistrados del Tribunal Constitucional, echan mano de los mismos procedimientos de los tradicionales. En el proceso de transición español una de las cuestiones que más le achacan es que esa depuración de magistrados que estuvieron con la dictadura de Franco ha sido y es una asignatura pendiente. Se acostaban saludando a Franco y se levantaban enarbolando valores democráticos. Contradicción resuelta sin problemas ni traumas aparentemente. Son los síntomas muy claros de una democracia de baja intensidad que deja ciertas áreas de impunidad como señalaba el profesor portugués Santos. Además este lastre hace que se perciba que hay una justicia para los de arriba y otra para los de abajo. En el caso peruano tenemos una situación grave desde el punto de vista de la institucionalidad. El Poder legislativo cada día está en descrédito (se deslegitima más) al mostrase como un poder que lo encalla todo. Un claro ejemplo ha sido la situación jurídica del magistrado Hinostroza. La morosidad y grave omisión en sus deberes de función ha dado pie para que este exmagistrado pudiera hacer la de Villadiego. Lo más grave es que no hay capacidad de enmienda. Y todo esto ante la mirada de la ciudadanía. Ojalá esta última despierte.

Los presos políticos de los que no se habla

Gran apátrida

Publicado: febrero 17, 2019 en Uncategorized

Uno de los textos que más me impresionó cuando estaba en la universidad fue “Prosas apátridas” de Julio Ramón Ribeyro. Muy atípico para el contexto peruano de entonces. Para decir con el lenguaje de estos tiempos había una ética y una épica al desarraigo que me caía como anillo al dedo. Recuerdo que en el curso de Lengua y Literatura de la magra universidad hice un análisis de una de las novelas de Ribeyro. El profesor me felicitó, ahí me di cuenta que el Derecho tal como me enseñaban era realmente aburrido y que la literatura me daba más satisfacciones, al menos desde el punto de vista vital. En ese entonces había leído mucho de Ribeyro. Sus cuentos magistrales de “La palabra del mundo”, sus novelas, sus ensayos en “La caza sutíl”. Se le reprochaba que fuera más cuentista que novelista, tenía mis reparos a eso. Pero lo que más sacaba punta de él era su actitud frente a la literatura, muy diferente o diametralmente opuesta a la de Mario Vargas Llosa. Julio Ramón era más reservado, al menos, no aparecía a cada momento públicamente. Como si temiera los flashes y la invasión de su vida privada. Seguro que levantaba barricadas para que pocos ingresaran a ella. A lo largo de “Prosas apátridas” lo que se rescataba es ese flaneur que llevaba dentro, término acuñado por Walter Benjamin, para describir a ese paseante que va brujuleando casi todo. Además de gran observador. Todavía recuerdo algunas de sus prosas como cuando él paseaba por París y tenía que ir como mucho recelo de no pisar las mierdas de los perros que estaban por toda la acera (en Madrid pasa igual por la negligencia de los dueños de los perros) o del desmedido amor parisino hacia estas mascotas. Su experiencia como botones en un hotel o su referencia a las azafatas de vuelo – cada que subo a un avión me acuerdo de esa apostilla ribeyriana. Me gana una lámina de nostalgia recordar ese libro de color naranja que no salía de mi mochila de esos años en la universidad. Lo borroneaba y bebía una buena prosa.