Archivos para abril, 2023

A raíz del tour de lectura por algunos colegios de Iquitos, en diciembre de 2022, me dio pie a pensar en el tema de la educación sensible a la ecología que se imparten en esos centros educativos, lo decía luego de ver el mariposario y orquidario escolar «Nanamui Wampishuk», del colegio Sagrada Familia, cuya directora es Herlinda Navarro Cobos. Contar con un mariposario y orquidario te sensibiliza ante el mundo que te rodea, allí se está renovando la vida ¿Hay más colegios que eduquen así al alumnado? Un paréntesis a tener en cuenta, es advertir que en la motivación por la lectura, desgraciadamente, hay una seria y preocupante diferencia entre los colegios públicos y los colegios parroquiales que visitamos, ojalá que se pueda allanar esa brecha –grieta que revela un cúmulo de problemas de contexto de la educación, en especial, la pública. Pero vayamos al tema de la educación ecológica que recibí en la floresta. Debo confesar que fue una educación magra, poco motivadora, que yo recuerde no nos hablaron que vivíamos en un contexto privilegiado de diversidad biológica y al mismo tiempo de la rapiña del extractivismo.  O de citar las técnicas ancestrales que han domeñado sosteniblemente la floresta, éramos ciegos a esta educación. Más bien en casa con mis padres y mi abuela Natividad, me iban enterando de la flora y fauna de la floresta, ellos eran mi fuente de información, de sus nombres, de sus habilidades. En el colegio la formación e información era de mínimos. Más bien, creo que pesaba una educación extractivista de cara a la biodiversidad. Sí, aquella que mira la floresta desde un punto de vista utilitario del descepe sobre los recursos naturales, de extraer y ganar dinero sin tener en cuenta la sostenibilidad del recurso. Recuerdo que una tarde fui a visitar a Natividad, mi abuela, que vivía en Barranco, en Lima, le llevé para leer «Las tres mitades de Ino Moxo» de César Calvo, en los primeros pasajes de la novela se narra la exuberante flora y fauna del palustre, conforme le leía ella me iba ilustrando del bestiario animal y de las innumerables plantas que había en el bosque, era un intercambio fructífero, me hacía florecer. Bocholocho, patiquina, shansho, clavohuasca, tuquituqui entre otros, Natividad no sabía leer por la educación patriarcal que daba preferencia a los hombres, pero era una gran narradora que insuflaba mi imaginación de párvulo. Allí me di cuenta de mi debilidad en enumerar el entorno ecológico en el cual vivía, era un gran vacío a llenar. Al mismo tiempo, mostraba el poco interés de la educación en la ecología, un serio déficit en la formación de la ciudadanía en esta parte del bosque. Esta suma de carencias ha dado como resultado el repelús que nos produce la ecología o el tema ambiental en el palustre. Ojalá se multipliquen ejemplos como los del colegio Sagrada Familia, sería muy estimulante para todos y por la floresta.

P.D. Las imágenes han sido cedidas por la Directora del Colegio «Sagrada Familia», nuestro agradecimiento

¿Ejemplaridad pública?

Publicado: abril 10, 2023 en Uncategorized

Desde hace un tiempo el concepto de ejemplaridad pública ha sufrido tantos embates que casi lo han vaciado de contenido. Una autoridad no solamente ejercía el cargo sino que debía demostrar con el ejemplo, con su buen hacer, ese era el concepto. Se sabe que en otras latitudes que una autoridad por falsear datos de su declaración a la renta, no pagar una multa de tráfico o plagiar una tesis doctoral, han tenido que dimitir en el acto. Sin medias tintas. La historiadora peruana, Carmen Mc Evoy, decía hace poco en una entrevista: «Los que nos gobiernan ya no se preocupan de ocultar que los mueve la prebenda», palabras lapidarias que diagnostican la situación de quienes ejercen el cargo público. A unos días de estas palabras, sale a la luz una detallada investigación periodística contra una Congresista amazónica, de la región Loreto, por presuntos cobros indebidos. Dada la magnitud de la denuncia y sí está por la labor de rescatar la ejemplaridad pública, la congresista sabe cuál es el camino.

Desmemoria

Publicado: abril 3, 2023 en Uncategorized

En Kigali, Ruanda, se erige un memorial donde se evoca la sangría que ocurrió el país con el enfrentamiento entre tutsis y hutus. En Dakar, Senegal, en la isla de Gorea, se conserva la puerta de no retorno que nos recuerda la esclavitud de millones de africanos y africanas que fueron desmembrados a otros continentes. En Ámsterdam hay un muro que conmemora a las personas que fallecieron en los campos de exterminio nazi. En Buenos Aires, en la antigua ESMA, es un lugar de la memoria donde se cometieron las peores atrocidades contra personas que enarbolaban ideas diferentes. Estos y otros lugares no son caprichos, se erigen para que la memoria colectiva no olvide esa afrenta hecha contra nosotros mismos. En Lima, Perú, cerca al Océano Pacífico, se erige el Lugar de la Memoria (LUM), que es un sitio que nos recuerda la guerra civil o conflicto armado interno, que significó la muerte de 69, 000 peruanos y peruanas. Hace unos días se ha conocido la noticia que el Municipio de Miraflores bajo un procedimiento opaco lo ha cerrado. No alimentemos la desmemoria que no conduce a nada, salvo para nutrir la memoria usurera que se usa como arma arrojadiza.

P.D. En la floresta peruana, no existe un lugar de la memoria que nos recuerde lo ocurrido en el Putumayo, quizás por eso, las ideas extractivistas están cabalgando a sus anchas.