Archivos para noviembre, 2019

Repaso de los días

Publicado: noviembre 28, 2019 en Uncategorized

Cada mañana suelo hacer un repaso por los titulares de la prensa escrita por internet. Sí una noticia me interesa o tiene mordiente me detengo en ella, sino paso de largo. Es un ejercicio casi meteorológico, es como ver cómo va el tiempo en el ágora. Suelo seguir las noticias de manera global: lo que pasa en el mundo, lo que ocurre en este lado de la península, la que pasa en Perú y alrededores, y la de Isla Grande. Es un gran espacio, es un repaso rápido que me lleva más de cuarenta y seis minutos más o menos. En el caso de España depende mucho la noticia de quien lo cuente. Unos son más afilados y bajo la filosofía que todo va mal, salvo cuando gobiernan sus adeptos o que justifican las barrabasadas de sus compinches. Y el otro bando, que quiere ver el vaso medio lleno ¿la libertad de empresa o el ejercicio de la libertad de expresión? Estamos presos, me temo, de lo primero. En el fútbol pasa lo mismo, desde hace un tiempo no leo prensa deportiva y siento que me va mejor que bien; aquí existe una falsa polarización y depende mucho de la empresa que elabora las noticias sobre el fútbol que está llegando a unos niveles de prensa rosa. Con el tema de lo que pasa en Cataluña es un claro ejemplo de estas interesadas miradas. Entre unos y otros hay un denominador común: la manera como banalizan las noticias. Las cargas policiales recientes para unos es cumplir con lo que establecen sus mandos; esta percepción es casi siempre conservadora; y para otros, son un abuso del ejercicio de policía (aquí se entremezcla el progresismo con el buenismo de los medios de comunicación). En todo caso, lo que se advierte concurrentemente en el ejercicio de la libertad de comercio y de la libertad de expresión que la ciudadanía anda muy desamparada. No nos creemos nada que es lo más grave.

¿Rebeliones?

Publicado: noviembre 26, 2019 en Uncategorized

Estos días del otoño entre paseos e idas a la sierra de Guadarrama leía una novela corta de Joseph Roth, escritor austríaco que retrata o toma una foto en un momento determinado de la sociedad de cambio con la caída del imperio astro- húngaro. La novela “La rebelión” aborda el tema de una persona con una discapacidad, en la guerra perdió una pierna, en que el mundo caminaba de acuerdo al orden que él había deseado. En su momento fue condecorado, la medalla lo llevaba a todas partes de la cual sentía orgullo a igual que las personas que paseaban por donde el tocaba un organillo. Vivía de modo austero con un amigo. Un día de su vida abandona la vida de soltero para casarse con una viuda que tenía una niña. Su vida da un giro. La viuda le compra un asno para facilitarle el trabajo. Las cosas iban con él quería que fuera. Refunfuñaba de aquellos que se quejaban del gobierno, eran unos “infieles” como él los llamaba, esos descontentos. Un día toma un tranvía para llegar rápido a casa y en el viaje tiene un altercado con un abogado que había tenido un mal día en la oficina. El abogado denostaba a los infieles en los que incluía a las personas con discapacidad, alegaba que se aprovechaban de las ubres del Estado. El sale a replicar y se enzarza en una pelea que el termina en la cárcel luego que la burocracia empiece a funcionar. Le quitan hasta la licencia para tocar el organillo en los lugares públicos. Su vida ya volverá ser la misma. La viuda aborrece de su discapacidad y huye a los brazos de un jefe de policía. Luego de pasarla canutas como consecuencia del laberinto burocrático el comienza a desconfiar y se enfurruña a ese Estado que privilegia a unos y mella a los de siempre.

Pura vida: Julio Ramón

Publicado: noviembre 25, 2019 en Uncategorized

Hace unos días que se cumplió los noventa años del natalicio de Julio Ramón Ribeyro, que se solapaba con los veinte y cinco años de su partida. Se han hecho homenajes en Madrid y en Lima, merecidos por cierto, sobre la figura y obra del autor de “Silvio en el rosedal”. Para muchos la obra de Ribeyro es una novedad, sobre todo esa novedad es en el extranjero, extranjero quiere decir a este lado de la cocha. Recuerdo que en mis años verdes de la universidad leía mucho de sus cuentos y novelas. Me quedé fascinado con “La casa sutil”, memorable texto. De lo escuchado en Madrid por un escritor peruano explicando la obra de Ribeyro me parece que se quedó corto porque cayó mucho en las anécdotas sin sentido y repetidas. Tejió un aura de provincianismo mental que no ayuda que la obra de JRR se pueda conocer. Lo interesante hubiera sido plantearse ¿por qué un escritor como JRR gana adeptos en estos años y después que él haya fallecido? Haciendo un paréntesis, tenemos similar caso con Mario Levrero, gran escritor y que tanto JRR como Levrero tienen mucho en común por la manera de vivir la literatura. Me parece que JRR en Europa (en especial en España) se hace conocido por sus “Prosas apátridas” más que por sus cuentos (siendo Ribeyro un extraordinario cuentista) y eso tiene sentido- un gran divulgador de la literatura peruana es el escritor catalán Enrique Vila- Matas. Es una prosa intimista, bien labrada con la cual va desbrozando el momento que está viviendo que se parece mucho a la Europa de hoy, con sus matices claro está. Profundiza las preocupaciones de la persona contemporánea en la que Dios ha muerto, donde el gran relato se ha diluido. En un momento de transición que no sabemos hacia qué dirección vamos y de muchos dogmas (incluido el liberalismo) están siendo cuestionados. En un contexto así JRR calza muy bien y tiene mucha vida o pura vida.

https://www.elcampesino.co/pueblo-indigena-waorani-gana-fallo-contra-petroleras-en-la-amazonia/

En estos tiempos de elecciones y partidos nuevos que se encaraman a la escena política no nos dejan de darnos sorpresas. En Perú, un reciente ministro ha tenido que dimitir del cargo porque en una investigación judicial lo relacionaban con casos de corrupción entre otras motas a su currículum político. Era un ministro del nuevo gobierno que se había puesto como asignatura luchar contra la corrupción. Un duro varapalo para enmendar la vida pública que cada día se sume en la desconfianza hacia aquellas personas que ocupan un cargo o función pública. Aquí en España la situación es casi la misma. Se publicó el caso de dos diputados autonómicos- uno liberal y el otro de izquierdas de los nuevos partidos en la palestra, que han tenido que renunciar porque aparte de las dietas que cobraban como transporte de su localidad a la sede parlamentaria se aprovechaban del servicio de Bla, bla car cobrando a mano llena por las dos ventanillas: la del parlamento autonómico y la de la Bla, bla, car. Un flaco favor a la ejemplaridad pública ¿cómo piensan ellos que el pueblo llano y soberano puede creer en ellos o ellas con comportamientos pocos ejemplares? En Madrid, una política del partido ultraderechista Vox (con tufo franquista y mucha mala uva con el feminismo, la inmigración, las autonomías entre otros odios), es diputada autonómica y acosada y acorralada con casos de corrupción urbanística, y eso que ellos, vociferaban que iban a regenerar la política. Adiós ejemplaridad. El partido conservador aquí en España tenía una red de “clientelaje” donde la corrupción había anidado felizmente a cambio de obra pública, pero parece que a los electores se les ha olvidado rápidamente y hablan desde este partido de regeneración democrática. Este síntoma es transversal a todos los partidos políticos, no es sólo de la izquierda o de la derecha, cubre a todos, desgraciadamente. Con todo este espectáculo ¿acaso no hay personajes sin mácula para que puedan ejercer un cargo público? Dice mucho de cómo vamos.

https://elpais.com/cultura/2018/12/03/babelia/1543856663_494210.html

Atizando el fuego

Publicado: noviembre 19, 2019 en Uncategorized

Como inmigrante siempre he luchado contra los prejuicios de la población de origen. Aquí en España con el boom inmobiliario se notaba más la carga contra el extranjero, bueno, contra algunos extranjeros. Dependiendo sí estos son extranjeros pobres o ricos. A los que son ricos, en el período del gobierno conservador se daban facilidades dependiendo de la inversión que realizaban en el país, se les facilitaba la estancia sin ningún problema. Eran los con papeles. La filósofa valenciana Adela Cortina acuñó el término de Aporofobia, que ha tenido gran éxito y que ha sido también reconocido por el diccionario de la Real Academia de la Lengua española, contra ese sentimiento de rechazo (odio, iras, repugnancia entre otras emociones) hacia la persona, en este caso, que viene de afuera y pobre. La definición del diccionario es la que sigue: Fobia a las personas pobres o desfavorecidas. Sobre todo a las personas pobres que pueden venir de África, parte de Asia, América Latina. Parto de la premisa que todos de algún modo somos inmigrantes en algún momento de nuestras vidas, salvo honrosas excepciones. Por eso me asombra que un pata en su muro de FB en Perú, día sí y día también, publique comentarios contra los venezolanos y venezolanas, casi siempre relacionados con la delincuencia con comentarios malsonantes y denigrantes contra estas personas. No expresa ningún comentario de fondo. El personaje de marras se deja llevar por las noticias y atiza de odio a los demás ¿es esto posible?, ¿este pobre infeliz habrá puesto un pie fuera de su territorio para saber lo que es la condición de extranjero? En verdad, poco hace para la convivencia social. Me preguntaba ¿sí este pobre personaje tendrá la misma actitud contra los extranjeros del norte económico que tienen dinero y que entran al país sin tantos requisitos burocráticos?

https://www.larazon.es/cultura/el-cambio-climatico-del-siglo-xvi-que-cambio-europa-HL25591789/

Crónicas perdidas

Publicado: noviembre 17, 2019 en Uncategorized

Desde hace varios lustros colaboro con un diario en Isla Grande con crónicas semanales que se publican en una columna. Es de alguna manera una contribución (sin fines de lucro) a la floresta desde este lado del charco. Es una suerte de anotación. Una suerte de bitácora y cartografía de este peregrinaje- acabo de terminar de leer el libro de Antonio Pigafetta “La primera vuelta al mundo” cuyas apostillas de este primer viaje por el planeta azul me recuerdan a este plan testimonial de las crónicas adobadas por el exilio voluntario y de las circunstancias del cronista. Para y por ello, en lo posible trato de ser puntual con las entregas que me he comprometido hace un tiempo atrás. Las crónicas se preparan dedicando unas horas en elegir el tema y me doy un espacio para escribirlas, en mis caminatas matutinas propongo algunos temas para escribir. Es interesante como disciplina o ejercicio porque se lucha a diario contra la página en blanco o el bloqueo de los escribas. Sin embargo, a pesar de todo este empeño en pergeñarlas y enviarlas dentro de los plazos la redacción del diario es ajena a estos sudores, vive otros tiempos y apuros. Por otro lado, es una situación que se entiende. Cuesta mucho hacer las cosas en los trópicos, lo sabemos por experiencia y en mis propias carnes. Están embebidos en la redacción en su propio ritmo. Seguro que cualquier hecho que le saquen de su rutina genera un pasmoso cortocircuito que toma su tiempo despertar y ponerse las pilas ¿acaso se cumple con aquello de la singularidad amazónica o insular? Así en este contexto de los ralentizados tiempos tropicales envié varias crónicas semanales y, muchas de ellas, no se han publicado. Se da la paradoja que es un diario online pero cuyos tiempos son de diario impreso, por cierto, es una situación de gran calado literario, no es ningún reproche al puñetero webmaster o al editor. He solicitado las razones porque no se han publicado y me señalan es que en el patio de aguas hay días no laborables que cortan el ritmo semanal de las publicaciones y ya está. Me han prometido enmendar y publicar las crónicas que faltan, pero me recomiendan que me siente sobre malva con un buen te de rooibos. Cosas del trópico.

https://elpais.com/elpais/2019/10/29/eps/1572352898_797074.html