Coto de caza y corrupción

Publicado: marzo 20, 2024 en Uncategorized

Hace un tiempo atrás, un presidente del Congreso de la República de Perú, para más señas, amazónico, se fue de paseo o viaje parlamentario a Corea del Sur, llevando dentro la comitiva a una de sus «amigas», claro está, pagado la estadía y la pachanga con el erario público; un cronista del palustre bautizó a estos peregrinos como viajeros inútiles porque en verdad no tienen rédito alguno para el país, salvo para ellos. Fue un escándalo que duró unos días y después se quedó flotando en el ambiente hasta diluirse, como siempre sucede en estos casos de corrupción y de machirulos. Los políticos ven al Estado como un coto de caza para sus prebendas personales. Me acuerdo de ese caso porque el actor central de esa triste historia fue un célebre amazónico que pasará a la historia por su ineptitud en el cargo, aunque no sea el único, hay más en esta galería del horror. Pero seguro que estos abundan, como el caso de la congresista «mochasueldos», cuyo protagonismo la tuvo también una madre de la patria, y para más guiños, del barrizal; por lo visto, la corrupción no entiende de géneros. Me sorprende que con tantos años de República, la ejemplaridad que debe ejercer quien ocupa un cargo público se haya degradado a niveles realmente alarmantes, está de cotas bajas. En este tiempo circular que se vive en Perú bajo está demolición controlada de cargarse a las instituciones de parte del Congreso de la República ha saltado a la luz el caso del Primer Ministro de ofrecer un puesto público a una de sus «amigas», al parecer, esta consiguió el trabajo, presentando, sin documentar, el CV. Así andamos con la brújula averiada y en la dirección equivocada. Lo que llama la atención que con todos estos casos la ciudadanía está como una testiga indiferente y pasiva. No penaliza ni reprocha a estos enemigos del bien común. Dice mucho del cansancio en que vivimos.

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