Archivos para octubre, 2020

«La pandemia nos ha demostrado que podemos renunciar a muchas cosas que no son vitales»

Largas sombras

Publicado: octubre 28, 2020 en Uncategorized

En la búsqueda bibliográfica de un ensayo que trabajo sobre la escritura en la floresta me encontré con algunas sombras de la conquista  y las caucheras que todavía persisten en nuestros días en el imaginario amazónico y no amazónico. Algunos son de anécdotas, pero que revelan mucho la vida social en los bosques. Así me puse a hurgar en las regiones de la floresta sí hay algún eco. En la región de Ancash por ejemplo encontré a una provincia de ese departamento/ región con el nombre de Carlos Fermín Fitzcarrald, el cauchero que murió en Madre de Dios es recordado por todo lo alto – en Iquitos hasta hace poco había la calle Julio C. Arana. Hay una película de Werner Herzog, Fitzcarraldo. En un barco museo acoderado en las orillas del Amazonas pasan la película y es mencionado como uno de los protagonistas de la historia en la selva. Recordemos que la Amazonía también involucra regiones andinas como por ejemplo, la ciudad de Quillabamba donde señalan la existencia de 16 pisos ecológicos que también tiene territorio de selva alta o rupa rupa, lo digo para ampliar las miras de la fronda. En la Amazonía continental en Colombia en el Departamento de Amazonas encontré corregimientos departamentales con evocación cauchera como por ejemplo: La Chorrera, El Encanto, entre otros que eran los nombres de las estancias caucheras del período de Julio C. Arana. Sobre la abundancia de recursos naturales en la floresta continental también hay recuerdos como el aeropuerto de Bogotá lleva por nombre El Dorado o una provincia en la Región de San Martín en Perú tiene el mismo nombre de El Dorado cuya capital es San José de Sisa. De alguna manera u otra la conquista de la manigua o el período del caucho todavía persiste en la mollera de mucha gente, pero debería ser mirado con otros ojos.

¿Qué es escribir? : La respuesta de Ribeyro

El derecho a la relectura

Publicado: octubre 26, 2020 en Uncategorized
Estos días pasados por agua en Madrid leía el libro de Daniel Pennac Como una novela, está escrito como si fuera una novela, pero es un alegato a favor de la lectura. No de la lectura obligada sino aquella a la que se llega por el placer, por el sano vicio de leer. Señala que la lectura tiene mucha competencia, más hoy con el tema de internet y de las redes sociales. Es una lucha titánica para conseguir lectores o lectoras. Hay que replantearse estrategias, no es un camino de rosas, Penacc lo sabe y comenta. Leía una suerte de derechos que él había compilado acerca de la lectura y de los libros. El proceso para llegar al libro impreso desde nuestros antepasados en África y otras cuevas no ha sido fácil. El paso de la oralidad a la escritura es una revolución. En Como una novela pergeña derechos algunos son discutibles, pero gran parte de ellos los comparto. Uno de esos derechos es la relectura, así ejerciendo ese derecho como lector me puse al tajo con La vorágine que creo que es una novela mal leída o que no ha tenido el momento para leerla con cierta tranquilidad ¿es un clásico de la novela amazónica? Alrededor de la novela ha habido intereses políticos que la han opacado. Se publicó en 1924, estamos a pocos años de su centenario, en un contexto de fricciones entre Perú y Colombia. Es cierto que en muchas páginas hay bulto, es ampulosa, pero quitando eso es una novela muy interesante para los lectores o lectoras amazónicas. Por ejemplo, José Eustaquio Rivera narra el gran trasiego que se convirtió la manigua por el caucho. La gente viajaba con sus sueños dorados de un lado a otro para salir de la pobreza. En cuanto, al caucho denuncia el horror que se vivió en las estancias de la goma de Julio C. Arana y de otros caucheros, inclusive, de colombianos. Cita por ejemplo que La Felpa que publicaba Benjamín Saldaña Rocca se leía a hurtadillas en las estancias caucheras porque temían que le pillaran los capataces de Arana. Menciona el descepe y sus modos de extracción de los recursos naturales pensando en las generaciones futuras. Los vejámenes y muertes en ese rincón de las mataduras como se ha convertido el Putumayo. Es decir, hay mucha miga en Rivera. Me rondan muchas preguntas. Cuando Mario Vargas Llosa escribió la gran novela La casa verde ¿reparó de las denuncias de las muertes de indígenas por el caucho que mencionaba Rivera?, ¿no le aguijoneó este tema vital para la floresta?, ¿por qué esperó tanto tiempo para abordar a Roger Casement en su paso por la Amazonía? Las preguntas están en el camino porque el Nobel comentó que leyó mucha literatura amazónica en el proceso de escritura de La casa verde. Hay que releer a Rivera, estamos en nuestro derecho.

https://larepublica.pe/domingo/2020/10/18/oscar-ugarteche-doscientos-anos-despues-de-la-independencia-el-pais-se-esta-desintegrando/

Sigan contando

Publicado: octubre 21, 2020 en Uncategorized
Cuando hablo con mis padres por el watsap ellos me cuentan episodios de sus vidas. Hace poco mi hermano le envió a mi padre una foto de una provincia de la patria de su infancia, era el lugar donde quedaba la fábrica de la Astoria, por allí pasaba el río Nanay lo dice con dejo de nostalgia mi viejito. Mi padre y mi hermana en la familia son parte de la asociación sin fines de libro de la nostalgia. A corta distancia le sigue mi hermano. Me cuenta que él vivía por allí, relata sus travesuras de párvulo, me detalla el funcionamiento de la fábrica, el equipo de fútbol de entonces, los comederos y las comidillas, el día a día de esos momentos en que la fábrica funcionaba. Sin querer, la foto levantó la espita a los recuerdos que él los tenía acumulado a borbotones. Le digo que me siga contando porque me interesa. De pronto se calla, me mira. Me dice, no, ayudado en coro con mi madre que su compinche – es la notaria de la familia o quien da fe de las historias que se cuentan. No te quiero seguir contando más porque tú tergiversas la historia, me suelta el trallazo. Así no vale. Le añades palabras y personajes como Miguichu y cambias totalmente la historia. Le digo que eso es justamente el trabajo de ficción. Se cierra en banda en complicidad con mi madre y calla. Me espetan: tú paras inventando cosas. Trato de convencerle del trabajo de ficción y nada. Igual me pasó con la presentación de la novela El búho de Queen Garden Street las alumnas del Sagrado Corazón de Iquitos se llevaron una gran decepción al decirles que lo que en la novela se contaba pertenecía a la comarca de la imaginación, pensaban que Teresa era F, por ejemplo. Hace poco leía el libro de Romeo Bodei Imaginar otras vidas donde el acuña el vocablo atopía. Dice que el mundo de la ficción es ciudadana de este mundo. La define a la atopía como una región inclasificable, que no pertenece ni a la realidad absoluta ni al de la utopía, es de una línea imperceptible. Me parece que Bodei está en la línea de Aristóteles en Poética. Si careces o sobredimensionan de verosimilitud es un serio déficit a la historia, el secreto de contar es dar en el justo medio para que pueda funcionar en la cabeza del lector o lectora que tiene todo el derecho de no seguir leyendo el libro. En ese sentido, a modo de petitorio ojalá mis padres se atrevan a seguir contando sus historias, las escucharé con atención.

Cesare Pavese 70 años después

Publicado: octubre 20, 2020 en Uncategorized

https://www.pagina12.com.ar/287769-cesare-pavese-70-anos-despues

Arquitecto egresado de la Universidad Ricardo Palma.
Creador de art toys y artista visual cuyo objetivo es expresar emociones a través de personajes.

Imágenes: Miguel Donayre Vásquez

¿Cómo empezaste en el arte visual? ¿Es cierto que tu formación es autodidacta? Empecé hace casi un año, no siento que sea muy hábil dibujando a mano, pero al trasladarlas al ámbito digital me siento más cómodo. Casi la mayoría de los conocimientos y técnicas para llevar a cabo mis obras han sido adquiridas de manera autodidacta. Siempre trato de mantenerme en constante aprendizaje para mejorar las técnicas y flujos de trabajo para tener mejores resultados en las obras que quiero obtener. ¿Te ha sido fácil el tránsito de la Arquitectura al arte visual?, ¿Dónde nació el gusanillo, en la universidad, fuera de las aulas? A pesar de utilizar otro tipo de software, no ha sido tan complicado debido a los conocimientos previos que ya tenía sobre modelado 3D para arquitectura. Creo que todo nació fuera de las aulas, tomando inspiración en diferentes artistas internacionales como Takashi Murakami, Kaws, Quiccs;y nacionales como Marcelo Wong, Origen Peregrino y Rafael Lanfrancoque ya incursionan en el campo de los art toys y la ilustración tanto tradicional como digital. Creo que cada uno tiene propuestas diferentes transmitiendo emociones y características culturales a través de sus obras. Los reproches al arte visual es su volatilidad, que no hay mucha exigencia artística ¿Cuál es tu opinión? Cada técnica es diferente y por ende derivan en pros y contras para cada una. No creo que se tenga que reprochar nada alguna de las partes mientras el artista trate de llegar al espectador por los medios que crea necesario. Hay una infinidad de propuestas artísticas para todo público y lo importante sería rescatar lo mejor de cada una de ellas. ¿Cuál es el motivo de tus obras?, ¿te influye o inspira la Amazonía? ¿Dónde podemos verlas? Actualmente me encuentro en desarrollo de un proyecto que abarcan animales amazónicos como el otorongo, el oso perezoso, la anaconda y el manatí. Trato de colocarlos en situaciones surrealistas y emocionales que le pueden pasar a cualquiera en algún momento de su vida. Me parece una buena manera de exponer y dar a conocer sobre estas especies de manera que puedan llegar a tener una conexión con el público mediante la obra y generar conciencia de su existencia e importancia en nuestros ecosistemas. Me pueden encontrar en Instagram como @mdve_

https://www.elsaltodiario.com/guerrilla-translation/del-decrecimiento-a-la-descolonizacion

¿La misma historia?

Publicado: octubre 14, 2020 en Uncategorized

El solipsismo es un  grave defecto humano que tiene especial incidencia en la floresta. Nos ciega. Estamos tan sumergidos con lo nuestro que olvidamos lo que ocurre en otros mares de diferente oleaje. No queremos atisbar a otras costas seguramente por inseguridad. En mis búsquedas bibliográficas sobre el caucho encontré un dato que me dio un zurriagazo a ese ensimismamiento tan pesadamente tropical. Me parecen válidas las aproximaciones sobre el período cauchero de principio del siglo XX, aunque creo que hay que insuflar otros aires. Por ejemplo, la filosofía peruana ha sido esquiva con lo sucedido en el caucho, es más ni se plantea interrogantes ante lo sucedido. La literatura sigue metida en esa dinámica del shock postcauchero, el Derecho se ha acercado con cierta timidez entre otras ciencias sociales – no menciono a la antropología cuyo acercamiento ha dejado mucho que desear. En esas exploraciones cartográficas me topé con el siguiente dato que me despertó de esos viajes del tiempo. En el continente africano, en Liberia, conocido como el país de la Firestone, en el año 2008 todavía se explotaba el caucho, sí, el caucho. La empresa es conocida en el mundo automovilístico de F1 por sus neumáticos y toda la parafernalia que rodea a esta competencia. Lo curioso es que el modelo que se aplica o aplicaba para la explotación del caucho era o es muy parecido al que se aplicaba en el Putumayo, sumado a la precariedad laboral y condiciones paupérrimas de los trabajadores. Se puede ver en Heavy Load: a demand for fundamental changes for changes at the Bridgestone/Firestone rubber plantation in Liberia, la crónica puede consultarse por internet. Desgraciadamente, las formas de explotación del caucho no se han ido. Por eso es necesario respirar otros montes.