Sorpresas te da la vida

Publicado: abril 17, 2024 en Uncategorized

En esta Lima hostil uno se lleva muchas sorpresas. Por razones administrativas y de acompañar a mi madre a las citas médicas solemos tomar taxi y allí trazamos una nueva cartografía urbana a través del paisanaje de aquellos que van contando sus historias. Uno de ellos, el conductor de mi misma quinta de años, me comentaba que le gustaba el jazz ¿Qué? Le pregunté, sí, me contestó. Pero no el jazz clásico sino el actual, nada de Billy Holliday y sus famosos scat, Ella Fitzgerald o Charlie Parker, por ejemplo. No me gusta llenarme de nostalgia, replicó. Me alegró escuchar eso y me hablaba bondades del jazz en su día a día. Bajé del taxi entusiasmado con la trompeta de Miles Davis en mi memoria. Otro día, de este verano largo de Lima tomamos otra carrera, el taxista escuchaba música clásica. Tenía un moño fumanchú y patillas de hacha. Le comenté cosas generales de la música clásica y fue como levantar una espita: el conductor me confesó que era melómano, sí, melómano. Que cuando era niño escuchaba mucha música clásica y que recordaba a su abuelo leyendo un libro de su nutrida biblioteca. Me citó a Mozart, Schubert, a Franz Liszt, el hombre disfrutaba hablando de ellos, este último era por quien sentía devoción. También disfrutaba del rock, del heavy metal, de la música urbana que él lo encontraba que cada vez está más refinada y que ha mejorado con lo que se hacía unos años. La carrera duró unos quince minutos y verdad, fue una conversación alentadora. En esta ciudad agresiva encontraba estos oasis musicales. Como amazónico, obviamente, también he tomado carreras de motocarros y trato de hablar con los conductores, pero lo que sí he escuchado de estos choferes ha sido una estridente cumbia a todo volumen que te quita el habla y casi sordo, claro está, la floresta tiene otras escalas y coordenadas. Aunque sorpresas te da la vida y la espero de estos conductores de motocarros. 

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