Archivos para May, 2022

Los huesos de los muertos de Olga Tokarczuk 

Turín (1)

Publicado: May 25, 2022 en Uncategorized

Cuando era niño y apasionado futbolero en los arenales de Pisco, un club de Talara entró a mi universo infantil y de los deportes, el Club Atlético Torino (CAT), tenía la casaquilla color burdeos. La intra- historia del nombre del club se debe a que los socios querían rendir homenaje al equipo de fútbol de Torino ¿será por el accidente de aviación en una de las colinas de la ciudad  y donde fallecieron gran parte de la plantilla del club? El accidente había ocurrido años antes que enlutó al calcio italiano. Además, en Talara le pusieron Torino que su traducción de la lengua local es la ciudad de Turín. Con esos antecedentes enrumbamos a Turín, a menos de dos horas desde Madrid. El tiempo auguraba desapacible. Chubascos casi todo el día y días más fríos. Es una ciudad pequeña, pero ha sido el norte industrial de la república italiana, recordemos que la FIAT tuvo como epicentro esta ciudad. Fue la primera capital de Italia tras la reunificación. El motivo del viaje fue porque un amigo estaba allí dictando unas clases en la universidad local y de paso conocer la ciudad. Desde que pusimos pie en Turín no paramos de caminar. Son calles largas, al menos en el centro histórico, con soportales que nos abrigan, y nos abrigaron, de la lluvia (¿Sabían que Isla Grande también tenía esos soportales?). Otro dato curioso de mi acercamiento a la ciudad, es que en los crucigramas que rellenaba siendo adolescente, decía: río italiano con dos letras, y ponía Po, parte de la ciudad es bañada por el río Po. Es decir, que la ciudad evocaba a parte de mi infancia y  a las aficiones con los crucigramas. Hay un tranvía o tramvai que tomábamos desde el hotel al centro histórico, demoraba entre unos diecisiete a veintidós minutos, que nos inundaba de cierta nostalgia; en ese rubro de la saudade, en la ciudad todavía se puede observar teléfonos públicos, en Madrid casi han desaparecido del mobiliario urbano —la privatización de las comunicaciones ha prevalecido, pero en Turín todavía resiste dignamente este servicio público. El tranvía nos dejaba en el centro y desde allí partíamos a diferentes rincones de la ciudad. La città está a pie de monte, se ve las montañas de los Alpes a lo largo de Turín que le da una belleza para enmarcar.

Ladrón de libros

Publicado: May 18, 2022 en Uncategorized

El título de esta apostilla presta el título a la película de Vitorio de Sica «Ladrón de bicicletas», Isla Grande es una ciudad de contradicciones. Es una de las ciudades donde se lee poco o a cuentagotas, pero se realiza una Feria del Libro con chorros de amnesia. Sin importar la reflexión sí las políticas alrededor de los libros y de ganar lectores están dando los objetivos buscados en la región. Quizás la feria del libro sea una expresión, instrumentalizada, de la carencia de esta política y ojala, tenga el efecto, espero que sea así, para espolear a los decisores políticos de implementar políticas librescas o a las lectoras de exigir una adecuada y oportuna política alrededor del libro. Añadir, que en una región como la Amazonía se precisa no solo activar una política del libro si no también fortalecer el caudal de la rica y variada narración oral. Duro reto que tenemos que afrontar. Pero para no desviarme del título de la crónica, en ese océano de paradojas en que nos enredamos, en este páramo de la lectura también tenemos, un personaje pintoresco, casi de vodevil trágico, como es el ladrón de libros. En un primer momento, dije que es una broma de mal gusto. No, no, me dijeron, existe en la ínsula y con un currículum muy holgado de haber birlado libros. No entraba en mis entendederas que con las bajas cifras de lectura en la región, con una inexistente política de libros, con bibliotecas famélicas exista un ladrón de libros, pero, ojo, existe, son de carne y hueso. No tiene un perfil definido. Por ejemplo, me comentaron, es una persona aparentemente común y corriente que presta un libro en una biblioteca y no lo devuelve nunca más. Hace las de Villadiego. O tiene una red de amigos, en las pocas bibliotecas de esta parte del palustre, y en complicidad, hurta furtivamente los libros de las estanterías ¿Qué libros hurta es personaje? Me comentan que depende, por lo general, son libros que tienen que ver con la memoria histórica de la ciudad o ejemplares casi inéditos en esta parte del marjal; detrás de este acto hay un egoísmo supino con gotas de narcisismo. Este es el libro y solo mío, parece balbucear ¿será como aquellos ladrones de cuadros importantes que gozan deleitándose en la intimidad y la autocomplacencia? Este o estos personajes están merodeando bibliotecas públicas y privadas, no hacen ascos a nada. Como trabajo con la ficción, me ha fascinado este personaje de los humedales, estoy en su búsqueda y documentándome. En un contexto, de la floresta, que aparezcan estos pillos de los folios impresos es para citar ese viejo dicho: éramos pocos y parió la abuela.

https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2019/09/13/5d7a8841fdddffc9538b468c.html

Un gran contrapeso de lo que cuenta el poder es la literatura, la escritura. Es un trabajo de ir contra la memoria que se quiere imponer. Seguramente, no es un trabajo fácil en el palustre. Está lleno de incomprensiones, vacíos, codazos y zancadillas. Una señal de esa narrativa del poder es cuando en ciertos sectores de la población, interesadamente, digan —teniendo gran repercusión y apego fácil, que Isla Grande es Isla Bonita. Hubiera que preguntarles ¿Es una Isla Bonita con monumentales señales de desigualdad y pobreza que los dirigentes políticos ignoran?, ¿Esas palabras son un bálsamo ante la brutal realidad de la que vivimos?, ¿Acaso es para adormecernos y apaciguar o mermar nuestra indignación? Cualquier observador, propio y ajeno, sabe que no es una Isla Bonita, es una isla, sí, pero no bonita. Si nos dejamos llevar por las estadísticas comparativas salimos perdiendo. Es por eso, que debemos estar atentos a esas palabras que buscan aletargarnos, son parte de un relato mayor. No es la mejor manera para construir un relato por la emancipación, por la igualdad, a favor del bosque, a sus integrantes ancestrales y a los que llegamos después. Otras palabras manidas, entre las muchas, es cuando señalan que Belén es la Venecia de los trópicos. Son comparaciones y nominaciones que no nos ayudan, tratan de resignarnos, que agachemos la cabeza. Quien lo dijo no ha estado en el día a día de Belén ni tampoco en el de Venecia. Ambas apelaciones y comparaciones a la Isla Bonita o Venecia, son parte de esa narrativa que tratan de imponer desde el poder a favor del descepe de la floresta, de la escritura que se complace en contar historias inanes de fantasmas y brujos. Estamos avisados, dudemos de las palabras recargadas y deshuesadas.

El relato hegemónico sobre el progreso de la Amazonía a través del descepe del bosque y de la población bosquesina, para usar un concepto de Jorge Gasché, contribuyó a la poca empatía con la maraña y con los bosquesinos originarios. Los amazónicos y amazónicas somos pocos sensibles a la defensa del bosque y a los que viven en él; los conceptos de ecología, ecofeminismo, por ejemplo, nos producen alergia y nos dan un repelús morrocotudo. Es un relato duro (y facilón) el del descepe del bosque, que ha impregnado como el teflón en los sartenes en la mente de los amazónicos y amazónicas. Es por eso, muy interesante reflexionar como el poder intenta contar la realidad, que nos decía Piglia. El poder no se aplica a machamartillo, necesita con urgencia de un relato. La tarea a emprender es hurgar la escritura en el palustre, seguro que nos traerá más de una sorpresa. A modo de ejemplo de esta narrativa, en los años noventa, con Fujimori en el ejercicio del poder, el relato que trataba de imponerse era la aplicación de las políticas de shock (Mario Vargas Llosa como candidato contribuyó, exponencialmente, a esa manera de contar) y la mano dura contra el terrorismo, que eran sus principales ejes de su discurso que salvarían al país. La aplicación de las políticas de ajustes lo sufrió la población peruana que significó el “adelgazamiento” del Estado, que en el fondo era menos recursos en educación y salud, desgraciadamente, fortaleciendo a construir un país más desigual. En el plano de la mano dura, que era contra el terrorismo, se tradujo en: jueces sin rostro, el intento de retiro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, siendo los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos, su máxima expresión del relato de la mano dura. Esa era la narrativa que se trató de imponer desde el poder. Los crímenes de La Cantuta y de Barrios Altos fue el resultado de esa poderosa (populista y desgraciada) narrativa de la mano dura, pero felizmente, ese discurso tuvo un relato contrahegemónico de parte de las víctimas, de la Iglesia, de las instituciones de derechos humanos, entre otros, que se opusieron a ese relato de la muerte y donde la ley era residual. Es por eso siempre preguntarse sobre la narrativa desde el poder, más en los tiempos convulsos de hoy. En el caso amazónico, la narrativa cauchera todavía, infelizmente, sigue vigente.