Archivos para noviembre, 2017

La distopía. El árbol de Sodoma

Publicado: noviembre 30, 2017 en Uncategorized

La vida es un cuaderno de ejercicios; los vamos haciendo sin saber jamás sí hemos dado o no con la solución justa
Santiago Alba Rico

Parto de la premisa que la literatura amazónica no debería ser una literatura marginal sino de márgenes. En esos márgenes podemos visibilizar la torpe y miope relación del centro con la periferia y adueñarnos, a su vez, de esos márgenes para replicar al centro y a la periferia. Es una doble gimnasia mental que no debemos desdeñar como el poderoso relato oral de los integrantes de pueblos indígenas de la floresta. La novela amazónica desde esta perspectiva debe replicar a propios y viajeros contra esas ideas hegemónicas (o fantasmales) que agobian la floresta como lo fue la idea de El Dorado, la tierra sin mal, el pulmón del mundo, entre otras quimeras que no nos dejan despertar para seguir nadando en el marasmo. Bajo estas premisas hemos revisado la novela de Jorge Nájar “El árbol de Sodoma”. El autor ha apelado a la invención de una ciudad del palustre Mayushín- Sodoma que como puede leerse puede ser cualquier ciudad de la floresta con sus sueños y pesadillas como lo son Macondo, Comala, Yoknapatawpha, Magina. No es gratuita esta ficción, las urbes de la realidad le parecían de poca credibilidad. El narrador es un deicida y necesita crear este mundo con sus propias reglas como el de regresar a Mayushín para purgar pasados y pecados. Para redimirse. En ese mundo frágil “El árbol de Sodoma” se mueve en la contradicción de volver a Mayushín- Sodoma donde los personajes vuelven para purificarse, para redimirse, para expiar sus culpas. Pero en la RAE puede leerse de ‘Sodoma’, ciudad que, según la Biblia, fue destruida por Dios a causa de la depravación de sus habitantes ¿acaso se vuelve a la cittá para diluirse, para desaparecer? Los booms que han estallado en la floresta ha conllevado a cierto desencanto de sus habitantes en contracorriente de los relatos de El Dorado, la tierra sin mal, el pulmón del mundo, en esta impronta se ubica “El árbol de Sodoma”. Estos derrumbes no sólo económicos han sido el fermento para el narrador. Además que la novela ha abierto un boquete en la tensión centro- periferia que había de Iquitos con otras ciudades de la selva. En ese sentido, tendremos a futuro una novela amazónica que integre también otros centros de la maraña. Es interesante también observar que la novela ha sido escrita desde el exilio. Teniendo un océano salado de por medio. Hay una equidistancia suficiente para sobrevolar lo que ocurre con la floresta e identificar nuevas cartografías. Finalmente, como decía el memorable T.H. Adorno, en el exilio la escritura se ha convertido en la patria de Jorge Nájar.

Cree en las singularidades, pero no en identidades monolíticas. Habla serena, con un control del lenguaje que requiere no perder la atención y hasta tomar notas que deglutir más tarde, a mesa puesta. Sus ideas giran en torno al pensamiento crítico. Y este, por ley, a la lucha. Uno de sus libros –Fuera de clase (Galaxia Gutenberg, 2016)– se autoclasifica como “filosofía de guerrilla”. Y a ella, como persona, también le encaja ese molde subversivo. Marina Garcés (Barcelona, 1973) dice que se mueve entre las ganas de vomitar al mundo o abrazarle. Esta tarde de sábado en Madrid parece que ha elegido lo último. En tres horas ha pasado por dos citas, el festival artístico y cultural TransEuropa y el literario Eñe. En el primero, el asunto elegido era el nacionalismo y se rodeó de pensadores como Santiago Alba Rico. En el segundo engarzó un diálogo con el poeta y novelista Carlos Pardo en el que se mencionó la esperanza como teoría filosófica del siglo XX y de la importancia de ‘obrar’ antes que producir una obra. Algunas de sus inquietudes más recientes acaban de salir publicadas en el ensayo Nueva Ilustración Radical (Anagrama), después de que su pregón de La Mercé sacudiera la ciudad en la que nació con un mapa de su historia más rebelde…

“El saber y el poder se han desacoplado. Sabemos mucho, pero podemos muy poco”

Stonehenge

Publicado: noviembre 28, 2017 en Uncategorized

Cuando uno evoca un bien cultural arquitectónico, por lo general, se te viene a la cabeza que esté mínimamente cuidado y alejado del mundanal ruido. Es un cumplido a los ancestros, es un rasgo de cultura a preservar, un hito de los que somos ahora. Pero esa idea es una sacralización que la realidad nos puede devolver con una zancadilla a nuestras ilusiones. Muchos de los bienes culturales, más si son declarados patrimonio cultural de la humanidad, andan un poco entre ruinas, con amenazas de pasar carreteras muy cerca, la construcción de hoteles entre otros monstruos y quimeras que alimentan los políticos de turno. De cuando en cuando hay amenazas así sobre Machu Pichu, de algún paraje de la floresta – en Brasil el gobierno había dado luz verde para la deforestación de una parte de la Amazonía, en Loreto (Perú) el gobierno regional con alegría negligente habla de construir carreteras a lo largo y ancho de la floresta. O de construir hidroeléctricas no para el beneficio local sino para producir electricidad y vender a otros países. Esas ideas tan aberrantes y retorcidas no sé de donde lo sacan, pareciera ser el pensamiento retorcido de algún ingeniero del mal, de cuernos y tridente. Hace poco miraba la foto de Stonehenge, los famosos dólmenes situados cerca de Amesbury, en el condado de Wiltshire, Inglaterra, a unos quince kilómetros al norte de Salisbury. Es un antiguo testimonio pétreo de la humanidad. Es un legado no sólo para los ingleses sino para los humanos como los Centros de no retorno en África que nos señalan que la esclavitud de otros seres humanos no era el camino. Pero seguía viendo las imágenes de estos dólmenes y me resultaban realmente aterradoras y chirriantes. He escuchado testimonios de quienes estuvieron por ese legado de testimonio de la humanidad, señalan que escuchas como música de fondo el sonido de camiones y de coches a lo largo y ancho de las carreteras que pasan por allí- es una batahola de cuidado. Ese lugar idílico donde celebran el solsticio en el mes de junio en segundos deja de serlo. Hay una trampa que oscurece la fotografía de postal. Cuando nos presentan las imágenes de este celebrado lugar obvian lo que hay alrededor. Muy cerca están construidas carreteras y el tráfico es muy fluido. Pasa el transporte de alto tonelaje y al fondo se puede observar esos vestigios de cultura ¿es una metáfora del desarrollo que queremos?

Sergio Ramírez, premio Cervantes 2017

Publicado: noviembre 27, 2017 en Uncategorized

Cree Sergio Ramírez que la gracia del viaje de Don Quijote, es que no desea el regreso. Cuando te lo encuentras por esos mundos, sabes que suele andar a gusto allá donde pueda compartir con amigos una buena conversación sobre literatura o política, acompañado siempre de Tulita, su esposa. Ambos tendrán que desplazarse a España en abril para recibir de manos del rey Felipe el Premio Cervantes. El jurado se lo otorgó este jueves con amplio consenso y después de tres horas de deliberaciones y siete votaciones sucesivas. Es el primer autor nicaragüense y centroamericano que lo consigue…

https://elpais.com/cultura/2017/11/16/actualidad/1510822591_464547.html

Nadie escucha el canto

Publicado: noviembre 26, 2017 en Uncategorized

Y el progreso está privatizado porque el mejoramiento ya no es una empresa colectiva sino individual
Zygmunt Bauman

El epílogo de la trilogía “El árbol de Sodoma” es la novela “Nadie escucha el canto” de Jorge Nájar. Le comentaba al autor off the record que el tono novela es de cierto pesimismo, de desencanto y descreimiento por las utopías sobre el ansiado progreso y sus habitantes en la floresta ¿acaso es el barrunto del famoso cuadro del Angeles Novus de Paul Klee? Desde los primeros folios se palpita y pulsa la desesperanza como la narración de la muerte desconocida de los pájaros que caen del cielo sobre el suelo de Mayushín, es la impronta que estará a lo largo de la novela ¿es una señal del mal en la región de los bosques? Es el marchamo hegemónico del relato. La comarca literaria de Mayushín- Sodoma con el paso de la novela se ha quedado en Mayushín, desapareciendo Sodoma, se diluye en un solo nombre, ¿es la metáfora de la destrucción?, ¿el nombre de la cidade ha sido fagocitado por el narrador o por los hechos novelados? El protagonista Pedro Sifuentes vuelve a la comarca de Mayushín marcado y desangrado por un amor del exilio, es una herida abierta que no cierra. A su vez tiene que afrontar la muerte de su hermano y el destierro de sus padres al leprosorio de San Pablo (leprosorio, en la realidad, donde estuvo de paso el Che Guevara). Mientras tanto, esta urbe del marjal está acosada por la corrupción, por el narcotráfico, por las favelas que desdibujan los centros urbanos tradicionales hacia un nuevo trazo urbanístico. Sifuentes encarga a un expolicía que averigüe sobre el paradero misterioso de su hermano desaparecido y cuando quiere llegar hasta el final es torturado y casi muerto. A lo largo de la novela hay cuñas de pesimismo que introduce el narrador como las aves de mal agüero que están a lo largo de la novela, como presagiándonos que esto acabará mal. Las mariposas amarillas han desaparecido de la faz de Mayushín. Questi uccelli carteros de los malos presagios son pinchazos a todo optimismo posible. No hay escapatoria. Los dioses y arcanos del bosque no oyen ni los cantos ni los salmos desesperados de los chamanes. Estamos sumergidos en el fango y con una ciudad a punto de desaparecer ¿estamos ante una distopía?, ¿la floresta ya no es la tierra sin mal, El dorado, la región de las oportunidades?, ¿el ansiado progreso es una trapacería? Esta coda de la trilogía de Nájar va a contracorriente del optimismo superfluo y dulzon que asola la Amazonía.

Clark Terry

Publicado: noviembre 24, 2017 en Uncategorized

Clark Terry’s career in jazz spans more than seventy years. He is a world-class trumpeter, flugelhornist, educator, composer, writer, trumpet/flugelhorn designer, teacher and NEA Jazz Master. He has performed for eight U.S. Presidents, and was a Jazz Ambassador for State Department tours in the Middle East and Africa. More than fifty jazz festivals have featured him at sea and on land in all seven continents. Many have been named in his honor…

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Justin Kauflin

Publicado: noviembre 23, 2017 en Uncategorized

Born in Silver Spring, MD, Justin Kauflin began music at age 4 with Suzuki violin, adding piano a few years later. By age 6, he was performing professionally.

However, he also endured numerous trials, particularly losing total vision from exudative retinopathy by age 11. He adjusted by learning 5 grades of Braille, cane mobility and, after a decade of classical violin and piano, switched to jazz piano in high school at the Governor’s School for Performing Arts studying with Liz Barnes and Old Dominion University’s John Toomey. He attended the Vail Jazz Workshop, Betty Carter’s Jazz Ahead Residency, and received top honors in jazz festivals across the U.S. He began performing jazz professionally at age 15, most notably with the Jae Sinnett Trio…

https://www.justinkauflin.com/

CT

Publicado: noviembre 23, 2017 en Uncategorized

Con estas iniciales se conocen a unos de los trumpeter más famosos del jazz. Su nombre es Clark Terry, nació en San Luis, Misuri 1920, falleció el 21 de febrero de 2015. Su trompeta sonaba calma, tranquila como también era él, su alma y bonhomía. Además durante sus conciertos el inventó una suerte de metalengua donde con monosílabos rápidos y seguidos recreaba la canción que se ejecutaba. Era muy querido por todos, era como un buen hermano que no te puedes pelear. Mientras veía el documental Keep on Keepin ´On, mostraba la relación intergeneracional entre Clark Terry, de noventa años, y su pupilo de 23 años, Justin Kauflin, un gran pianista con una carrera promisoria en el mundo del jazz – en la actualidad está en plena gira por distintos escenarios (hablando de escenarios, con F hemos querido ir al Montreaux Jazz Festival, Suiza, y es casi imposible por el coste de los hoteles los días de festival de jazz y para el año próximo han colgado el cartel de aforo completo; el festival es una lugares sagrados del jazz, en todo caso habrá que esperar o planificarlo mejor). En el documental se muestra una relación sana, tierna, sin recelos, sin cargas emocionales dañina entre el profesor y el pupilo, con exigencia para mejor, sin esas regañinas de mala leche y trabajando casi de madrugada – un amigo de Terry, Quincy Jones, le dice que siempre fue un animal de la noche, era su hábitat. Era un intercambio de saberes de un jazzman con experiencia y un muchacho virtuoso del piano y con ganas de aprender. Durante el documental, Terry padecía de diabetes, por una herida en uno de los pies y por la falta de circulación de sus piernas debe tomar la decisión de la amputación de ambas piernas. El pierde un poco la sonrisa pero no el ánimo. Siempre con una sonrisa, con una frase de aliento a su pupilo. Su vocación era enseñar, cuenta que enseñó informalmente a Miles Davis y era amigo de una pléyade de jazzmen como Gilliespie, Ellington, James Moody entre otros. El documental es una lección de buena y sana amistad entre el maestro, el pupilo y la noche que se adueña de los sonidos del jazz.

https://www.servindi.org/actualidad-opinion/16/11/2017/mariategui-miguelina-y-la-amazonia

Notas a pie de página

Publicado: noviembre 21, 2017 en Uncategorized

Para muchos el oficio de la escritura está relacionado con las luces y los flashes. Entrevistas complacientes y cómplices a los diferentes medios de comunicación que forman una larga cola para alcanzar al divo o diva de las letras. Sumados a los viajes de promoción de libros. Muchos de los que se dedican a este oficio son un espectáculo mediático. Se encargan de hurgar en la vida personal y revelan las ocurrencias más absurdas, sin ningún rigor periodístico o literario. No lo dejan casi nada suelto. La famosa pelea entre Mario Vargas Llosa y García Márquez está en esa zona del chisme literario, de la anécdota de la farándula y mediática, todavía hay gente que especula sobre ese puñetero incidente ¿ha sido relevante para la literatura o para esos citados escritores? Salvo para aquellos cotillas de la vida ajena. Pero hay escribas que huyen de todo ese oxido del mercado literario. Huyen aposta. No es el cálculo mediático o una pose, no, desean ir por libre. Simplemente quieren estar al margen de todo ese oropel seductor de cierta prensa o de los grupos editoriales que te inducen (hasta) lo que uno debe leer o no. Dentro de esa patria de los letraheridxs que buscan con ahínco el anonimato también están aquellos que luego de escribir un libro no vuelven a escribir. Hay una merma creativa. Una parálisis de la imaginación. Esa parálisis es una suerte de acto de fe ante la vida. Una reafirmación de la buena literatura en el sentido del celo de obra artística. Ese homenaje a esos escritores y escritoras de la galaxia del No lo ha pergeñado con gran lucidez Enrique Vila- Matas en “Bartleby y compañía”. Es una joya y homenaje a la literatura. La famosa frase del personaje de Herman Melville, del relato “Bartleby, el escribiente”, de “preferiría no hacerlo”, da paso a antología de estos escritores de la renuncia a escribir – de los escritores peruanos seleccionados están Julio Ramón Ribeyro y Emilio Adolfo Westphalen, también pudieran incluirse otros como Martín Adán quien se recluía en un sanatorio para pensar en la escritura. En la floresta (esta misma palabra la usaba Miguelina Acosta para referirse a la Amazonía) también hemos tenido nuestros Bartlebys, los hemos gozado y han escrito buenas obras. En el fondo, el libro de Vila- Matas es una deferencia genuina a la escritura, al escribir. Es un alegato a favor de este oficio solitario. Es un libro para leerlo varias veces y sigue estando con el mismo brillo de lucidez, y cada vez mejor.